jueves, 28 de octubre de 2010

Miseria planificada

El 24 de marzo, en Argentina se conmemorará el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. No se trata de una efeméride más, sino de un ejercicio de memoria colectiva sobre la historia reciente de nuestro país. Treinta y tres años de profundas transformaciones ocurridas tras una dictadura militar que caló hondo en la sociedad argentina, transformando una sociedad activa, comprometida por el bien común, en una sociedad desesperanzada, pasiva, y temerosa al cambio. No es con el borrón y cuenta nueva que se superan estas cosas, sino con una práctica activa de la memoria colectiva, de lo que ocurrió en nuestro pasado, para mejorar nuestro presente, para que esa historia trágica no se repita.

El 24 de marzo de 1976 comienza la dictadura más sangrienta de la historia reciente de los argentinos, concebida desde el imperio del norte a través de una planificación instrumentada por las fuerzas armadas con la complicidad de sectores políticos que atropellaron a las instituciones para apoderarse del gobierno y así demoler el sentido de nacionalismo, acabar con las estructuras económicas nacionales, someter a los trabajadores, aniquilar la intelectualidad que transitara por una línea de pensamiento diferente ante el silencio de la inmensa mayoría de los dirigentes políticos y el pueblo en su conjunto.

El periodista Rodolfo Walsh al cumplirse el primer aniversario de esa dictadura a través de una carta abierta a la Junta Militar, es el primero en realizar un balance. Al día siguiente el 25 de marzo de 1977, es asesinado.

En la primer parte de esa carta abierta, Walsh, brinda un detalle sobre las atroces violaciones a los derechos humanos que se llevaban a cabo en los campos de concentración, dando a conocer las primeras cifras sobre los desaparecidos, asesinados, los vuelos de la muerte y el robo de bebe.

En la segunda parte de la carta abierta habla de las razones por las cuales sucede lo que sucede, donde dice: “La peor violación a los derechos humanos en la cual ustedes incurren es la miseria planificada para millones de personas”.

Esa miseria planificada para millones de personas es algo que tiene continuidad hoy, en el año 2009, por eso no se pueden pensar los derechos humanos de ayer, sin pensar los derechos humanos de hoy.

Como comunidad tenemos la responsabilidad de asumir el compromiso de accionar para que la institucionalizada prepotencia sea desterrada de las estructuras del poder político y judicial en sus distintos niveles para que la impunidad e inmoralidad sean excluidas de la dolorosa realidad para construir un futuro basado en el ser nacional revalorizando nuestra identidad.

Por lo tanto el 24 de marzo no es un simple feriado, sino que significa asumir como ciudadanos la responsabilidad de volver a ser una sociedad activa, comprometida, sin temor a los cambios, para que la distribución de la riqueza en lugar de ser una prometedora frase de discurso, se transforme en trabajo digno, en una niñez bien alimentada, en jóvenes que avizoran un horizonte, familias sanas cobijadas bajo su techo propio, ancianos que no sean excluidos para que construyamos una sociedad sin drogas, sin violencia, con calidad de vida digna.

El 24 de marzo debemos recordar a aquellos hombres y mujeres a los que les arrancaron la vida por luchar decididamente por una sociedad mas justa, exigiendo a nuestros representantes en cada uno de los estamentos del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial que se abandone el camino de la violación de los derechos humanos iniciado en 1976 con la miseria planificada para millones de personas.

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