jueves, 4 de abril de 2013

Todos somos responsables por dejar que se haga nada

Hace tiempo que la adicción al alcohol y las drogas por parte de jóvenes y adolescentes existe como problemática. Un alto volumen de alcohol que se expende en locales sin control, marihuana y cocaína estirada de mala calidad son las dos sustancias alucinógenas que se consumen en nuestra ciudad, observándose una tendencia de uso en alza. Aparentemente no tendríamos paco, estupefaciente, que solamente puede ser fumado por “tucas” o “pipas artesanales”.
La cocaína que mayoritariamente se consume por estos lados es de muy baja calidad, la que es sometida a estiramiento utilizando sustancias como maicena, bicarbonato de sodio, tiza, anfetaminas e incluso vidrio molido para aumentar el rendimiento económico. Estos agregados generan un poder adictivo y producen un daño mayor en el organismo del consumidor.
Especialista señalan que si bien el consumo de drogas se detecta en todas las clases sociales, sus efectos se notan más rápido en aquellos que provienen de hogares más humildes: al alimentarse mal y dormir menos, el deterioro físico es más veloz. Además, los más pudientes consumen droga con menos “cortes”.
La droga que ingresa a Morteros proviene de otras ciudades, a través de encomiendas, vehículos que se movilizan realizando los traslados o grupos de jóvenes que juntan dinero, compran y lo reparten entre ellos, en principio no existirían cocinas, dado que la instalación de la misma puede llamar mucho la atención a partir de los olores extraños que surgen por la utilización de solventes y componentes químicos, pero si realizan el fraccionamiento de las tizas para el estirado y la marihuana es recibida en ladrillos para ser fraccionada para su distribución.
Cuando en el 2010 dijimos que se acompañaba la cultura del exceso Unión por Córdoba y el radicalismo se aliaron para intentar matar al mensajero en lugar de trabajar con políticas de Estado para resolver la difícil y triste situación por la que atraviesa la adolescencia y la juventud, es decir que intentaron silenciar en lugar de atacar las causas que como vemos se ven agravadas ante la posible gestación de un nuevo fenómeno como son los grupos que se reúnen en diferentes sectores de la ciudad que podrían estar dando inicio a las conocidas pandillas con los riesgos que significa para al sociedad en su conjunto. Esto se pone en evidencia a través de los últimos acontecimientos de grafitis en edificios, vandalismo en autos entre otros.

Por qué crece el narcotráfico
La falta de decisión política que se viene sosteniendo desde hace más de dos décadas ante una sociedad que parecería incapaz de percibir el daño social y sus nefastas consecuencias estructurales, hizo que la venta de cocaína, marihuana y pastillas se expanda. Hoy, nadie se sorprende por la presencia de “quioscos” que trabajan sin ser molestados por la Policía ni la Justicia, droga que pasa por las narices de la Policía Caminera.
¿Por qué nadie persigue en Morteros a los narcotraficantes que se quedan con el dinero “gordo” del negocio? ¿Por qué solo salen a cazar a personas que, más que narcotraficantes, son desesperados que conforman el penúltimo eslabón de un negocio en el que otros se llevan la tajada más suculenta? 
No se conoce ninguna investigación seria y eficiente que permita desbaratar la red completa de narcotraficantes. Es imposible pensar que en sólo cuatro personas se termina el movimiento “narco”, cuando todo el proceso, demanda una estructura de gente mucho más vasta: el financista, la “mula” que lleva el dinero y trae la droga, el que recibe la droga, el que distribuye la cocaína en los “quioscos” y proveedores conocidos como “dealers”, que son los que terminan transando con los clientes.Esto hace deducir que encubre toda una falacia. ¿De qué sirve detener a un vendedor de unos gramos de cocaína, “porros” o pastillas, de vez en cuando, si la cadena que los provee continuará intacta?
En julio del año pasado, la Legislatura de Córdoba aprobó la ley provincial de drogas, que pasan de la órbita judicial federal a la provincial aquellas causas menores de drogas. El primero de diciembre comenzaron a funcionar dos fiscalías provinciales que perseguirán la venta al menudeo de droga, mientras que los casos más complejos seguirán a cargo de la Justicia Federal. “Yo no digo que les vamos a ganar (a los narcotraficantes), pero se la vamos a hacer difícil. Que los tipos sepan que si vienen a Córdoba, cobran”, dijo el gobernador José Manuel De la Sota horas después de haberse aprobado la ley. Pero en Morteros hasta ahora no cobran, más allá de la persecución a algún consumidor, pero a los narcos no los tocan, mientras la droga se vende como pan, con una facilidad asombrosa, al alcance de todos, sin distinción de clases sociales.

Violencia y delito
El drama social del narcotráfico repercute estructuralmente en toda la sociedad, donde vemos que poco a poco se va instaurando una “parasociedad” en la que “narcos”, “dealers” y consumidores montan una economía paralela en la que arreglan sus cuentas lejos de las autoridades, de las que solo toman estado público cuando se genera un hecho de violencia urbana.
Las estadísticas de la policía provincial señalan que de los que llegan a juicio por delitos contra la propiedad, la mayoría reconoce ser consumidor; de cada 10 acusados, ocho dicen tener relación con algún tipo de sustancia. Esto hace que las probabilidades de sufrir algún robo se incrementan proporcionalmente al aumento de consumidores.
La falta de oportunidades laborales junto a la deserción temprana de la educación, deja un ejército de mano de obra barata a disposición de los narcotraficantes que suman como vendedores al menudeo o mulitas a quienes padecen necesidades que no logran resolver de otra manera, pero cuando por alguna razón estos generan algún riesgo para el sistema, los despiden realizando los mismos narcotraficantes llamadas anónimas denunciando con mucha precisión, que en definitiva son a los únicos que detienen, cuenta un integrante de la fuerza conocedor del tema, quien al mismo tiempo acota que nunca detectan quien es el que mueve la droga, muy pocas veces se han hecho estas investigaciones y las pocas que hubo no fueron muy prolijas.
Que no se corte la cadena que hace posible la existencia de la droga, que la prevención sea casi nula, que se detengan a los ebrios en lugar de actuar con los expendedores, somos responsables todos los ciudadanos por dejar que se haga nada.