miércoles, 1 de abril de 2015

Dejar de ser indiferentes a la actividad lechera

Los trabajadores una vez más son los gestores de un movimiento, en este caso los lecheros nucleados en Atilra, en defensa del entramado del complejo láctea a través de una alianza estratégica entre todos los actores, sobre todo en defensa de la producción primaria sumándose a la naciente Apla. Esta histórica iniciativa que además de la defensa del sector, fortalece el crecimiento económico y social de la región necesariamente necesita terminar con la indiferencia de quienes conforman la vida de las comunidades que integran la región santiagueña, santafesina y cordobesa para evitar que el manejo monopólico termine sometiendo a toda el área al empobrecimiento.

La poca de importancia que los gobiernos locales otorgan a la principal actividad económica que tiene la región se refleja en la falta de información estadística sobre el total del movimiento que la lechería desarrolla en las distintas área y como consecuencia de la indiferencia, no cuentan los municipios y comunas con políticas activas en defensa de la actividad productiva y menos aún de promoción, como así también son escasas las acciones vinculadas a la vida social y cultural del campo, otorgando algo más de importancia a la educativa.
En el área denominada como cuenca lechera del Noreste cordobés, centro oeste santafesino y sur santiagueño habitan alrededor de 110 mil personas, las cuales se estima que de manera directa e indirecta entre 25 y 30 mil personas perciben su diario sustento proveniente de la actividad láctea, mientras que el resto de los pobladores se benefician por el derramiento económico que la actividad genera al inyectar mensualmente en bruto más de 500 millones de pesos solo la producción primaria.
La importancia del productor de leche en el tejido económico es indiscutible, un sector que no solo genera empleo de manera directa en su explotación y en las industrias que generan valor agregado, sino que son el sustento de las principales actividades comerciales y de servicios, significando para la mayoría de las poblaciones prácticamente la exclusiva actividad como motor del crecimiento.
Sin embargo a pesar de ser nuestra cuenca lechera, la más importantes de Sur y Centro América en términos de producción e industrialización de leche, una actividad de vital importancia para la realidad económica regional, ya que se constituye en una substancial fuente de empleo, generando valor agregado y dinamizando las economías locales, con excepción de reducidos grupos de poder económico que en muchos casos digitan las políticas locales, en general no se tiene una visión de lo que implica la baja del valor por litro de leche y menos aún la disminución de tambos que supondría la desaparición de muchas otras empresas cuyos productos y servicios están orientados a la actividad lechera, dejando en soledad a productores, transportistas y trabajadores en la búsqueda de soluciones.
La ausencia de la mayoría de las autoridades municipales y comunales y las pocas que estuvieron lo hicieron de manera extremadamente tibia, al igual que la ausencia de los Centros Comerciales e Industriales, cooperativas, empresarios, comerciantes frente a los reclamos que vienen sosteniendo productores de leche y transportistas para que se determinen reglas de juego claras para enfrentar la dominación del 7 % de las industrias lácteas que se quedan con el 70 % de la producción y manera indirecta con la riqueza de toda una región, no hacen más que aceptar el sometimiento monopólico poniendo en evidencia el desinterés por el crecimiento de nuestros pueblos y el bienestar de sus habitantes.
En este sentido una vez más los trabajadores son los que marcan el camino en defensa de la actividad y de la economía de la región como quedó demostrado en la trascendente e histórica convocatoria de los trabajadores nucleados en la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra), realizada días pasados para actuar entre los distintos actores de la trama lechera para establecer una alianza estratégica que permita armonizar los intereses en juego.
«El productor lechero es el elemento fundacional y  elemental que tiene que ver con la actividad que le da trabajo a muchísima gente en forma directa y a muchísima otra gente en forma indirecta, motivo por el cual no hay que  pensar demasiado para determinar que no tenemos intereses que se contrapongan, sino todo lo contrario, tenemos intereses en común y entre todos, conjuntamente con el paraguas que tienen que brindar el Estado provincial y el Estado argentino,  saber que  tenemos que construir una  actividad que satisfaga la necesidad y  las expectativas de todos» sostuvo de manera enfática el Secretario General de Atilra Héctor Ponce
El actual mapa redistributivo de la cadena láctea no va a ser logrado se modifique desde un solo sector, sino que necesita de la intervención de todos los actores teniendo como principal protagonista al Estado nacional, pero para eso es necesario contar con la decisiva acción de los Estados comunales, municipales y provinciales acompañados por todos los sectores de la vida comunitaria para que como dijo el Sub Secretaria de Lechería de la Nación, Arturo Videla «se debe dar el debate y no hacernos los distraídos, poniendo blanco sobre negro para evidenciar a los caranchos del sector lácteo».
Para lograr que exista más crecimiento en los pueblos, se necesitan más vacas con mayor genética, pero para eso hace falta rentabilidad, dijo el productor Juan Manuel Otero, destacando que hay que unir las partes y romper ese monopolio de las empresas que manejan el mercado de la leche como si fuera suyo todo y no es todo suyo.
Los trabajadores de la familia de Atilra, con una solidaria y amplia visión, entendiendo que la incertidumbre frente a los manejos externos solo será superada desde una alternativa de trabajo en forma conjunta, tuvieron la iniciativa de forjar los cimientos de un trabajo mancomunado para la defensa conjunta de los distintos actores que conforman la trama lechera fortaleciendo alianzas estratégicas. Se sumaron a esta iniciativa el gobierno nacional y tres de las entidades que nuclean a productores tamberos. 
El fortalecimiento de esta alianza estratégica propuesta por Atilra con el propósito de suscitar una real sustentabilidad de las actividades que gesta la lechería y evitar que el manejo de la región quede en manos de reducidos grupos económicos, necesita se sumen los actores políticos e institucionales de las poblaciones que conforman la región cordobesa, santafesina y santiagueña, despojados de egoísmo e intereses personales trabajando sin especulaciones por el bienestar general y del compromiso social de cada uno de los habitantes para hacer que ello ocurra, como lo hacen los trabajadores lecheros caso contrario como dijo Héctor «Etín» Ponce «el tren va a volver a pasar y no nos vamos a subir como nos ha pasado tantas veces». 
Seguir mirando hacia otro lado aceptando el sometimiento o forjar un trabajo colectivo para nuestro propio bienestar es nuestra decisión.

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