martes, 11 de enero de 2011

Remar todos juntos para un balance positivo

Faltan pocos días para que elevemos las copas para poner fin a este 2010 e iniciar el año 2011 en una celebración que nos reúne para mirar el año que se estamos dejando atrás y visualizar hacia el que se inicia con sonrisas, abrazos y la esperanza de que todo mejore y las cosas buenas se mantengan.

Todos nos llenamos de buenos propósitos, con mucha esperanza en el futuro, aprovechamos el cambio de año como cuenta atrás para una vida mejor, pero todo suele quedar en meras buenas intenciones y el día después nos muestra que todo sigue su curso, porque el sistema sigue siendo el mismo que nos puso ante los fracasos e incertidumbres que amplifica el sufrimiento de los más vulnerables.
Al realizar el balance de fin de año, seguramente algunos, no se vieron defraudados porque no esperaban nada importante, pero muchos esperaban que, mágicamente, se produjera el gran cambio que elimine las diferencias, aniquilara la corrupción, devolviera a los excluidos las oportunidades y transformara a los dirigentes en visionarios, para un mejor bienestar.
Pero es sabido que nada construiremos sin esfuerzo, sin entrega, sin valor, sin pasión, donde unos somos más responsables que otros, pero se supone que solo transitaremos hacia una vida mas igualitaria, el día que cada uno asumamos el compromiso de participar de manera activa con el colectivo. Porque nada se logra por arte de magia.
Dejar de esperar mágicamente los cambios que anhelamos para seguir un nuevo camino que nos indique una dirección distinta para la cristalización de los proyectos materiales y espirituales, debería ser nuestra principal meta para el año próximo.
Para que la esperanza y los sueños se transformen en realidad es necesario entender que todos estamos en el mismo barco, advirtiendo que la preocupación por intereses personales puede empeorar la situación, tirando por la borda todos esos proyectos que a cada 31 de diciembre al elevar la copa pretendemos alcanzar a lo largo del nuevo año.
Para llegar a buen puerto es necesario que comprendamos que todos somos importantes para poner rumbo hacia el bien común, lo cuál será una realidad en la medida que asumamos el compromiso de navegar juntos para construir una sociedad mas justa, donde no exista justificación ni indiferencia ante los abusos de poder, la corrupción, la ineficiencia, el ocultamiento, los embates manipuladores del dinero, el oportunismo, la explotación, el trato mercantil de las personas, al alcohol, las drogas y la violencia, entre otras tantas cosas que no respetan la dignidad.
Entender que todos estamos en el mismo barco y que cada uno, es un marinero que vale mas que todo el oro del mundo, nos conducirá a la conquista de los derechos humanos y sociales, para que la precariedad laboral, la alimentación, el acceso a la salud para todos, a una educación igualitaria, a la vivienda, dejen de ser un utopía, porque cuando muchos soñamos juntos, el sueño puede realizarse, sus palancas desplazan las enormes piedras siendo capaces de hacer que se mueva la sociedad.
El año 2011, no debe ser solamente, el año en que votamos intendente, concejales, gobernador y presidente, debe ser el año que comencemos a transitar un mundo diferente, participando en los partidos políticos, centros vecinales, clubes, instituciones educativas, cooperativas y en los órganos de poder local, ávidos de luchar contra la injusticia, el atropello por parte de los poderosos, por una sociedad cada día más humana, unida, solidaria, y participativa, para que al final del año venidero, al realizar el balance, no sea una rutina más, sino que la armonización y el poder de ciudadanía construido, nos haya permitido con dimensión de éxito, lograr las metas que durante mucho tiempo estuvieron postergadas.
Miguel Peiretti
Director

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