jueves, 21 de mayo de 2015

Sin participación ciudadana no hay política municipal

Los pueblos y las pequeñas ciudades son espacios ideales para afrontar los retos del presente y del futuro, si lo municipal asume nuevas formas de hacer política para resolverlas cuestiones relativas a la sostenibilidad, la cohesión social y una democracia de calidad.
En vísperas electorales es común escuchar desde las diferentes expresiones partidarias que el  ámbito municipal es el más adecuado para solucionar los problemas y necesidades de la ciudadanía por la cercanía que tienen sus gobernantes con los vecinos, no hay dudas que esta es una posibilidad al permitir identificar los obstáculos, las potencialidades, las restricciones y sobre todo el pensamiento de las mayorías, pero la realidad nos demuestra que son solos discursos bien elaborados para captar votos, ya que en la elaboración de las propuestas electorales y menos aún, una vez en el gobierno se establecen cauces de participación.

La generación de espacios comunes de debates para incentivar la participación ciudadana permite contar con una mirada múltiple sobre los distintos temas que nos llevaran al consenso de las acciones para las transformaciones. Acciones de este tipo significan empoderar al pueblo que como consecuencia acarrea la pérdida de poder de los reducidos grupos que en la actualidad toman las decisiones bajo la bandera de la representatividad, muchas veces a espaldas de los intereses de las mayorías, existiendo sobradas muestras que no siempre se apunta a la igualdad y al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.
Una población crece por ser emprendedora, inclusiva, democrática y participativa, al ser la participación, además del mejor mecanismo de control para evitar la corrupción, tiene la capacidad de establecer las prioridades para resignificar el urbanismo al servicio del habitar conformando lugares donde sea posible la interacción, el encuentro y la conversación para repotilizar la comunidad que nos conduzca hacia el lugar que satisfaga las necesidades humanas, ampliando oportunidades y capacidades de los ciudadanos para ejercer una ciudadanía inclusiva.
El modelo urbano desarrollado a partir de lógicas de negocio ha obviado las necesidades de las personas que viven en los pueblos y ciudades, entonces pensar sus problemas, sus diferencias, sus puntos de vista y actuar a favor de quienes más lo necesitan supone incorporar todas las fases de la vida en su derecho al espacio y al tiempo para crear medios de vida gratificantes, de convivencia comunitaria para evolucionar a formas de vida más conectadas y enriquecedoras.
Ante esta nueva instancia electoral a un mes en algunas poblaciones y menos de dos meses en otras, vemos que el déficit que experimenta la representatividad no apunta a ser superado con la articulación de posibilidades de participación para determinar las decisiones políticas desde el pueblo para el pueblo, sino que las propuestas electorales siguen siendo pensadas por unos pocos para que sean acatadas por la mayoría.
Una revolución democrática se logra desde abajo para concretar otra manera de hacer política, algo que no es ofrecido por los partidos políticos que presentan candidaturas a las próximas elecciones municipales desde un extremo al otro, más allá que muchos dicen representar el cambio pero manteniendo la concentración de poder.
Para generar esa transformación de la representación hacia una democracia profundamente participativa que permita a cada vecino ser parte de las decisiones colectivas de la comunidad, debemos con un fuerte compromiso social recuperar la confluencia entre ciudadanía y partidos políticos, demandando la unión entre la ética de lo colectivo con las obligaciones hacia el ser humano y la política para construir un nuevo ciclo, todo el resto solo es parte del discurso de promesas con distintos matices para que nada cambie.

2 comentarios:

  1. Simplemente deseo expresar que comparto el interés por este tema por el que hay que seguir trabajando desde todos los sectores de la sociedad, pero creo que mas participación no reduce el poder de las autoridades, como ellos piensan, sino que, los fortalece, a través de la construcción de ciudadanía se logra también mayor consenso y la legitimidad, lo que lleva a la gobernabilidad.

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  2. Es verdad comparto la opinión además de ejercer mas control

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Esperamos su opinión en relación al tema. Gracias