viernes, 13 de enero de 2017

Cambiar la patria sojera para dejar de inundarnos

 «El capitalismo tiende a destruir a sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos» expresaba, el filosofo Karl Marx. La situación de anegamiento que se vive por estos días donde con afán de enriquecimiento unos pocos exprimen a la tierra para terminar inundando a las mayorías, no hace más que confirmar lo que manifestara una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad.
«Estamos viviendo una catástrofe hídrica» señaló el intendente de Porteña, una de las comunidades que mayor perjuicio sufrió, mientras daba a conocer las tareas realizadas, según él mismo mandatario, con esto «evitamos se convierta en tragedia».
Los altos milimetrajes caído durante el mes de diciembre en diferentes zonas de nuestra región provocaron la aparición de agua en campos, incrementándose la abnegación con las lluvias caídas durante enero, agua que es volcada a las zonas urbanas provocando daños irrecuperables, mientras que el intendente de Freyre, otras de las poblaciones que de manera reiterada ve ingresar agua a una gran cantidad de viviendas, dijo que se debe «tomar las crisis como oportunidades», además de reafirmar el compromiso de seguir trabajando para que el agua no siga impactando en los hogares de más familias.
Un amplio sector de la zona rural del nor este cordobés y centro oeste santafesino vienen recibiendo copiosas lluvias, en algunos casos alcanzando entre el 20 y 30 % de la media anual, generando la elevación de la napa freática y como consecuencia la aparición en superficie de agua que cubren grandes extensiones de campos.
El agua que en gran cantidad no es absorbida por los campos se traslada a los centros urbanos que por las dificultades de drenaje por su alto cumulo terminan pasando por las viviendas, llevándose el sacrificio de años de familias trabajadoras.
Las tendencias no son para nada alentadoras donde los pronóstico para lo que resta para el mes de enero dan cuenta de la posibilidad de varios días con lluvias para la segunda quincena, al igual que para el mes de febrero. Si a todo esto le sumamos que en condiciones normales el mes de marzo – abril es el periodo de mayores precipitaciones, las perspectivas son preocupantes que nos obliga a todos con compromiso social a ocuparnos emprendiendo acciones para revertir la situación.
Después de las inundaciones del mes de abril tanto en Santa Fe como en Córdoba se limpiaron canales, se abrieron nuevos, colocaron alcantarillas, en el caso del Departamento San Justo limpiaron el arroyo Los Guevaras, ensancharon el río Saladillo hacia la laguna Mar Chiquita y se realizaron distintos trabajos para evitar las inundaciones, pero a pesar de las obras consideradas insuficientes, zonas rurales que llevan casi un año bajo agua, volvieron a recibir una inmensa masa de agua, mientras que otros sectores que a pesar de varios meses con escasas precipitaciones, el agua lentamente se retiró, pero ante un volumen de lluvia un tanto elevado se volvieron a cubrir de agua. En algunos casos se viene repitiendo la situación desde hace cuatro o cinco años.
Evidentemente las inundaciones no solo se producen por un alto milimetraje, sino que las napas están saturadas por falta de consumo, como consecuencia de la deforestación y la falta de labranza de la tierra que como lo señalan especialistas no actúa como esponja, entonces el agua se desplaza hacia lugares más bajos.
El ingeniero Nicolás Bertram, investigador del Inta Marcos Juárez quien trazo un desalentador panorama para los venideros años a raíz del modelo productivo que se implemento en los últimos años, sosteniendo que si no hay un cambio hasta en los años que llueva menos de lo normal van a existir problemas al asegurar que se está consumiendo muchos menos agua que la llueve en el año, por lo que la napa tiende a seguir elevándose, agravándose el escenario cuando los milimetrajes son extraordinarios.
Para implantar soja en el mejor de los casos tiene un consumo de 30 mm la hora, se eliminaron montes que tenían una absorción de 300 mm por hora, se corrió la frontera ganadera y con ella las pasturas que tienen un alto consumo de agua, además el monocultivo elimino la rotación de cultivos y no se rotura la tierra, todo esto hace que la napa se encuentre en promedio a unos 50 cm, haciendo que sea imposible evitar inundaciones. A medida que transcurre el tiempo la factibilidad según los especialistas es que tenderá a agravarse y en algunos casos deberán acostumbrarse a convivir con el agua.
En nuestra región indican que cultivos como trigo y maíz tienen un consumo en el orden de los 1200 mm por año, frente a unos 400 mm que consume la soja. Solo la canalización para trasladar el agua no alcanzan para resolver el problema de las inundaciones, «los canales transportan dos metros cúbicos y con lluvias de 240 milímetros en pocos horas, no alcanza», dijo Carlos Baravalle de Federación Agraria Argentina.
Por su parte el ing. Bertram sostiene «Es totalmente diferente si vos tenés pasturas, pastizales y montes a que si en toda esa superficie tenés cultivos agrícolas con napas cerca. El ambiente no tiene capacidad buffer para regularlo. La napa, en consecuencia, sube o baja de acuerdo a la capacidad de absorción de los vegetales que crecen en el suelo. Cuando la lluvia cae, la tierra la absorbe. Los vegetales que crecen en la tierra se nutren del agua de lluvia todo lo que necesitan. Si no necesitan más agua para seguir creciendo, la lluvia pasa a nutrir las napas, y las napas suben. Es así de sencillo. Eso es la capacidad buffer, y va mucho más allá de la cantidad de agua que caiga del cielo».
Como lo sostuvo Carlos Baigorria estamos viviendo una catástrofe hídrica que es posible evitar para que en el futuro se convierta en tragedia y debe ser una oportunidad para que esta reiterada crisis integre a todos los actores para generar los cambios necesarios para que como lo expresó Augusto Pastore el agua no siga impactando en los hogares de más familias. La decisión de estos dos mandatarios comunales necesitan del acompañamiento activo de toda la región para lograr que la decisión política del Estado Nacional y provincial apunte a las causas para dejar de inundarnos.
Estamos frente a una gran oportunidad para poner en agenda, si dejamos que se siga destruyendo a la naturaleza y los seres humanos para que se enriquezcan unos pocos o enfrentamos a la patria sojera para reconvertir la actividad con una correcta rotación de cultivos como trigo; maíz; soja, además de reforestar los campos para que la crisis hídricas no se repitan y se conviertan en tragedia.

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