Es lamentable, la violencia de género no cesa, donde a pesar de las declaraciones, conferencias, planes de acción y leyes, vivimos cotidianamente actos de violencia perpetrados contra el género femenino, contra las niñas, niños y adolescentes, pero al mismo tiempo debemos ser concientes que el camino recorrido, a traído cambios considerables.
Es cierto que la violencia intrafamiliar va en constante aumento, pero al mismo tiempo podemos ver que mujeres atrapadas en la tela de araña de su pareja violenta se animan a pedir ayuda, como en es el caso de lo manifestado por el Comisario Páez que indica que se incrementó la cantidad de mujeres que se acercan a la sede policial para denunciar estas agresiones. Esto también es un aspecto positivo.
No es menos importante destacar que policía y municipio trabajen en objetivos en común para generar conciencia a los fines de que quienes sufren agresiones sepan que cuenta con ayuda.
Para fortalecer estas líneas de acción que ayuden a construir una sociedad cada vez menos violenta, es necesario que cada uno de nosotros asuma el compromiso de visibilizar la violencia, combatiendo el inconsciente colectivo que se considera natural “de vez en cuando una paliza, no hace mal”, es decir debemos exigir un cambio de mentalidades que desnaturalicen la violencia en el vínculo familiar.
Así mismo cada vez que somos testigos de un hecho violento, cualquiera sea su naturaleza, debemos dejar de mirar hacia otro lado, actuando de manera inmediata. De igual manera debemos proceder cuando estamos ante hechos de abuso de poder, otra manifestación de violencia cotidiana en los distintos ámbitos.
Una ley no reglamentada
Esto y otras tanta cosas mas es necesario que entre todas y todos hagamos hasta tanto el Consejo Nacional de la Mujer reglamente, la ley 26.485, aprobada hace algo más de un año que lleva el nombre de “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en los que desarrollen sus relaciones interpersonales”, que busca concientizar y acabar con la violencia de género.
Entre sus puntos salientes la ley propone prevenir la violencia contra las mujeres desde la escuela haciendo modificaciones de fondo en el sistema educativo, tanto en textos escolares como en la curricula. También fija todos los ámbitos en los que se ejerce la violencia de género (doméstico, laboral, institucional, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática) y define los tipos de violencia: física, psicológica, económica, patrimonial, sexual y simbólica, explicó el año pasado la Dra Nora Cuggino en la Jornada Provincial de Violencia, Maltrato y Abuso realizada en Morteros.
Según sostuvo la misma especialista “esta nueva ley implica un avance porque se refiere específicamente a la violencia contra la mujer. Relaciona la definición de violencia con una situación desigual de poder y se refiere a la violencia que ocurre en todos los ámbitos posibles y define como violencia a «toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecta su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial como así también su seguridad personal».
La norma apunta a la prevención, pero también establece que las víctimas de la violencia de género podrán denunciarla en cualquier juzgado de cualquier fuero, y hasta pedir reparación por daños y perjuicios. El juez podrá ordenar el alejamiento del agresor, ya sea del hogar o del ámbito que sea. Las mujeres y sus hijos podrán recibir atención médica y psicológica gratuita, apoyo económico y jurídico, alojamiento e inserción laboral.
Además, la ley establece la obligación de los tres poderes del Estado de adoptar medidas para garantizar la igualdad de las mujeres y varones. La ley también crea un Observatorio de Violencia contra las Mujeres, encargado de monitorear, recolectar, producir y sistematizar datos e informaciones sobre el tema, que controlará el cumplimiento de la propia ley y estará integrado por Organizaciones No Gubernamentales. En este sentido la legisladora Cecilia Merchan señaló que es necesario modificar algunos puntos. “La objeción que le hacemos es que le están faltando sanciones a quienes no cumplen con lo establecido por la ley”.
Si bien es cierto que la ley no está reglamentada, algunos jueces tanto del fuero civil como del penal ya aplican las medidas cautelares que están en la ley, contó Analía Monferrer, responsable de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia.
Más allá de la necesaria reglamentación que ponga en plena vigencia ese instrumento legal, es importante que se tome a la misma como modelo para la implementación de políticas de acción para incrementar la concientización y acabar con la violencia de género, porque la vida de muchas mujeres, niñas, y adolescentes está en juego.
La magnitud de los hechos que fueron puestos de manifiestos por el Crío Páez en Brinkmann, a lo que no son ajenas ninguna de las localidades de nuestra región justifica con creces una mayor labor para ayudar a las víctimas reales y potenciales de la violencia de género.
* Director
No es menos importante destacar que policía y municipio trabajen en objetivos en común para generar conciencia a los fines de que quienes sufren agresiones sepan que cuenta con ayuda.
Para fortalecer estas líneas de acción que ayuden a construir una sociedad cada vez menos violenta, es necesario que cada uno de nosotros asuma el compromiso de visibilizar la violencia, combatiendo el inconsciente colectivo que se considera natural “de vez en cuando una paliza, no hace mal”, es decir debemos exigir un cambio de mentalidades que desnaturalicen la violencia en el vínculo familiar.
Así mismo cada vez que somos testigos de un hecho violento, cualquiera sea su naturaleza, debemos dejar de mirar hacia otro lado, actuando de manera inmediata. De igual manera debemos proceder cuando estamos ante hechos de abuso de poder, otra manifestación de violencia cotidiana en los distintos ámbitos.
Una ley no reglamentada
Esto y otras tanta cosas mas es necesario que entre todas y todos hagamos hasta tanto el Consejo Nacional de la Mujer reglamente, la ley 26.485, aprobada hace algo más de un año que lleva el nombre de “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en los que desarrollen sus relaciones interpersonales”, que busca concientizar y acabar con la violencia de género.
Entre sus puntos salientes la ley propone prevenir la violencia contra las mujeres desde la escuela haciendo modificaciones de fondo en el sistema educativo, tanto en textos escolares como en la curricula. También fija todos los ámbitos en los que se ejerce la violencia de género (doméstico, laboral, institucional, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática) y define los tipos de violencia: física, psicológica, económica, patrimonial, sexual y simbólica, explicó el año pasado la Dra Nora Cuggino en la Jornada Provincial de Violencia, Maltrato y Abuso realizada en Morteros.
Según sostuvo la misma especialista “esta nueva ley implica un avance porque se refiere específicamente a la violencia contra la mujer. Relaciona la definición de violencia con una situación desigual de poder y se refiere a la violencia que ocurre en todos los ámbitos posibles y define como violencia a «toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecta su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial como así también su seguridad personal».
La norma apunta a la prevención, pero también establece que las víctimas de la violencia de género podrán denunciarla en cualquier juzgado de cualquier fuero, y hasta pedir reparación por daños y perjuicios. El juez podrá ordenar el alejamiento del agresor, ya sea del hogar o del ámbito que sea. Las mujeres y sus hijos podrán recibir atención médica y psicológica gratuita, apoyo económico y jurídico, alojamiento e inserción laboral.
Además, la ley establece la obligación de los tres poderes del Estado de adoptar medidas para garantizar la igualdad de las mujeres y varones. La ley también crea un Observatorio de Violencia contra las Mujeres, encargado de monitorear, recolectar, producir y sistematizar datos e informaciones sobre el tema, que controlará el cumplimiento de la propia ley y estará integrado por Organizaciones No Gubernamentales. En este sentido la legisladora Cecilia Merchan señaló que es necesario modificar algunos puntos. “La objeción que le hacemos es que le están faltando sanciones a quienes no cumplen con lo establecido por la ley”.
Si bien es cierto que la ley no está reglamentada, algunos jueces tanto del fuero civil como del penal ya aplican las medidas cautelares que están en la ley, contó Analía Monferrer, responsable de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia.
Más allá de la necesaria reglamentación que ponga en plena vigencia ese instrumento legal, es importante que se tome a la misma como modelo para la implementación de políticas de acción para incrementar la concientización y acabar con la violencia de género, porque la vida de muchas mujeres, niñas, y adolescentes está en juego.
La magnitud de los hechos que fueron puestos de manifiestos por el Crío Páez en Brinkmann, a lo que no son ajenas ninguna de las localidades de nuestra región justifica con creces una mayor labor para ayudar a las víctimas reales y potenciales de la violencia de género.
* Director
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