viernes, 6 de marzo de 2015

Desde abajo dejaremos de ser inundados

La cada vez mayor producción de monóxido de carbono por deforestación, la indiscriminada siembra de soja y las obras hídricas prometidas pero nunca realizadas fueron todos factores de importancia que aportaron al anegamiento que se registraron en una gran cantidad de poblaciones en los últimos días.

El entonces Ministro de Agua, Energía y Medio Ambiente y actual Ministro de Administración Pública, Manuel Calvo en innumerables ocasiones se comprometió y aseguró la sistematización de los canales desde la cañada de Jean Maire, pasando por laguna Guevara hacia la laguna Mar Chiquita a través del río Saladillo para facilitar el drenaje del agua de todo el centro del departamento San Justo.
Desde hace tres años a través de una ley el gobierno provincial comenzó a cobrar a los productores agropecuarios una tasa específica para la realización de las obras necesarias para el mejoramiento del sistema de desagüe hídrico, pero el dinero recaudado habría ido a parar a rentas generales para el financiamiento del déficit provincial y las obras también comprometidas por el gobernador José Manuel de la Sota al quedar cubierta de agua la localidad de Freyre y en menor medida Colonia Valtelina y Porteña hace unos dos años como consecuencia de la falta de sistematización, quedaron nuevamente en falsas promesas haciendo que todo el centro y oeste del departamento San Justo en estos momentos quede bajo agua.
Livianamente el Ministro Manuel Calvo y el mismo gobernador señalaron que la causa se debe al alto milimetraje caído en pocas horas, si bien es cierto que se trata de un evento excepcional, especialistas en la materia sostienen que de haberse contado con las obras se habría reducido como mínimo en un 40 % el volumen de agua que ingreso a las poblaciones y el drenaje se habría producido con mucho más celeridad, disminuyendo en gran medida el sufrimiento de los pobladores.
Tampoco se debe dejar de tener en cuenta que la zona afectada desde hace algunos años dedica una importante cantidad de hectáreas a la soja, «cultivo que no retiene el agua en el campo sino que la deja correr, porque, cuando llueve el agua simplemente se desliza por el campo y pasa a engrosar el caudal de los ríos y canales y ocurren inundaciones como esta última» señala el biólogo Francisco Marraro de la Fundación «Proteger» en un artículo, titulado «Siembra soja y cosecharás inundados».
El especialista recuerda que «antes de la soja en los campos había forestación, lo que lograba retener el agua en la copa de los árboles, entre las raíces de los árboles y entre todas las plantas que forman el monte; también permite que el agua penetre más en el suelo evitando las escorrentías». Como ejemplo, Marraro agregó: «Es decir el monte es como una gran esponja que retiene el agua en el campo evitando que ésta corra a los ríos y ponga en peligro a las ciudades y a la gente».
Por otra parte especialistas sostienen que el agua de las precipitaciones en los suelos que no cuentan con cobertura vegetal barre con los nutrientes de superficie, provocando un gran deterioro en el suelo «ya que pierden sus nutrientes, se salinizan y posteriormente se compactan y localiza este problema» el que además de producir cuantiosas pérdidas económicas a los mismos productores agropecuarios, genera los eventos sufridos en las poblaciones.
Los mismos especialistas sostienen que además de la realización de las obras hídricas es necesario establecer un orden jurídico sobre la rotación del suelo y la reforestación con especies autóctonas en los campos para disminuir la producción de monóxido de carbono.
Es evidente que los hechos demuestran que desde el gobierno provincial  existe decisión política de recaudar, pero no en realizar las obras necesarias más allá de las promesas en épocas electorales y menos aún de legislar por parte de los distintos gobiernos sobre el manejo de la agricultura y la reforestación al estar anclados en el sistema capitalista, donde el lobby de las agroempresas, asociados a entidades del campo y al poder financiero internacional fortalecen los intereses económicos por sobre los humanos.
Solo desde abajo con compromiso social y activa participación en un trabajo integrado sin mezquindades, de la misma manera en que prevaleció la solidaridad sin especulaciones para ayudar a los damnificados, demostrando que desde la acción comunitaria se pueden concretar grandes logros, evitaremos en el futuro seguir siendo inundados, más allá de los excepcionales milimetrajes que puedan caer.

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