viernes, 17 de agosto de 2018

Decisiones a contra mano

Nadie comienza con el negocio narco, sino que tiene todo un desarrollo y un crecimiento en otros palos delictivos y después se encuentran con el negocio narco que aparece desde personas, grupos o instituciones con fuerte capacidad económica para financiar su movimiento, aseguran especialistas y conocedores de los diferentes movimientos delictivos.

Los verdaderos constructores de la inseguridad en las comunidades, son los que abren la posibilidad del negocio de las drogas, generalmente personas con influencia, por eso nadie quiere investigar. Cuando se desmadra la cuestión, detienen a un eslabón sin incidencia en el negocio, lo que hace que se queden tranquilos y de esa manera los inversores acumulan con mayor facilidad, mientras una parte de la sociedad pide represión para las pibas y pibes, víctimas del perverso sistema.
Denuncien al 0800 888 8080 a quien vende drogas dijo el fiscal anti narcotráfico de San Francisco Bernardo Alberione y publicitado por el municipio hace dos años para tranquilizar a los vecinos ante una ola de inseguridad, mientras los traficantes florecientes porque ha crecido el negocio.
Con anterioridad en una reunión pública con representantes de instituciones el intendente José Bría justificándose sobre el avance del negocio, aseguró que la fiscalía contaba con un minucioso trabajo de inteligencia con un cuarto de centenar de lugares donde se comercializa droga en Morteros.
En la misma época una madre señalaba que habría puesto en conocimiento al intendente que en el corralón municipal habría sido uno de los lugares donde se estaría comercializando estupefacientes. Ante esto el jefe de gabinete Oscar Altieri se limitó a indicar que fue puesto en conocimiento las autoridades correspondientes, mientras el encargado señalado por la mujer sigue moviéndose con absoluta libertad.
Por otro lado no se conoce en los últimos tiempos que la fiscalía federal con sede en San Francisco haya investigado algún hecho vinculado a las drogas y sus negocios anexos, mientras que Gendarmería Nacional, hasta el momento encontró en esta región a mediados de 2016 a cuatro jóvenes cazando patos, pero los resultados para combatir al narcotráfico hasta el momento son nulos.
Una gran mayoría de los habitantes sabe donde se vende droga, se comenta entre vecinos, basta con recorrer los barrios para que apunten diferentes espacios, pero muy pocos se animan en discar el 0800 para denunciar por el temor a ser delatados.
Por otra parte frente a los pocos operativos para secuestrar migajas se multiplican los repartidores a domicilio y lugares de venta, poniendo en evidencia que se ataca al último eslabón sin tocar el núcleo de la economía del delito.
“El combate al narcomenudeo es una fenomenal mentira que ayuda al negocio del narcotráfico y ayuda más cómo control social sobre la pibada empobrecida en los territorios que para darle tranquilidad y seguridad a los vecinos”, sentencia el periodista y senador santafesino Carlos del Frade, quien lleva más de tres décadas investigando al narcotráfico, sosteniendo que “Los que quedan libres, entonces, los delincuentes de guante blanco, los titiriteros. Los que invierten y luego lavan el dinero en el centro de la ciudad”.
Todo revela que el volumen del negocio se agranda a pasos agigantados, donde ya no solo se vende marihuana y cocaína, sino que LSD, crack, paco y drogas sintéticas son parte del combo que forma el negocio como consecuencia de una mayor demanda. 
En el país de acuerdo al estudio 2017 de Sedronar el consumo de sustancia psicoactivas en chicos de entre 12 y 17 años entre 2010 y 2017 se triplicó. Si bien no existen estadísticas, algo similar ocurre en Morteros.
Cuando en el 2010 desde estas páginas anticipábamos que podría llegar a ocurrir lo que se está viviendo en la actualidad al alertar que la decisión política del Concejo Deliberante alimentaba el negocio de la noche, la sociedad peronista – radical encabezada por el actual intendente José Bría, y el ex candidato a intendente Pablo Mina intentaron silenciarnos, amenazándonos de ejercer acciones civiles para  quitarnos el poco patrimonio que utilizamos para trabajar.
Las decisiones políticas que van a contra mano y las complicidades, alimentan la impunidad para quienes desarrollan los diferentes estamentos del negocio, haciendo que la droga sea un problema social gravísimo que incrementan los delitos que para su concreción poco a poco se comiencen aplicar metodologías importadas de otras geografías con los consecuentes aumento de la violencia, que no se resuelve con mano dura contra los pibes que salen a delinquir para alimentar el negocio de los mercaderes de la vida.

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