martes, 11 de enero de 2011

El hermanamiento una oportunidad de desarrollo

La firma del hermanamiento entre la Región de Ansenuza, Córdoba Argentina y la Región de Tamar, Estado de Israel, es el primero que se concreta entre regiones en nuestro país, por lo que significa un desafío aún mayor para los municipios de Miramar, Balnearia, Marull y La Para lograr afianzar el mismo.

Hasta ahora los hermanamientos se realizaron entre dos municipios que crean vínculos que van desde el intercambio de ideas y el conocimiento de las respectivas culturas hasta la puesta en marcha de programas cooperativos y proyectos de negocios.
En nuestro país no existe un registro de pueblos y ciudades hermanadas, pero sabemos que entre Argentina e Italia existen 63 hermanamientos, de los cuales más de cincuenta son con comunidades de la Región del Piemonte, también hay una cantidad importante de acuerdos entre poblaciones con países del Mercosur. Entre Israel y Argentina también hay varias ciudades hermanadas, pero a nivel de regiones no existen datos que se haya concretado algún hermanamiento.
Un hermanamiento es una acción compleja, que incluye variedad de perspectivas y que hace converger las diversidades creando auténticos lazos de amistad entre comunidades de lenguas y costumbres diversas. Además, los hermanamientos permiten verificar la complementariedad económica entre ciudades y en este caso regiones bastante distantes.
Debe considerarse que un hermanamiento es un compromiso a largo plazo que va más allá de una simple colaboración para un proyecto a corto plazo, donde ambas partes para recibir deben estén dispuestas a dar, ya que en los hermanamientos se expresa la voluntad de establecer una relación e intercambio mutuo en los procesos de desarrollo económico y social.
La existencia de un número importante de hermanamientos que solo quedaron plasmados en los papeles genera a menudo una evaluación negativa de estas prácticas que a veces son juzgadas poco útiles a nivel concreto. Pero resulta innegable que en los casos en que la comunidad asumió a través de sus instituciones un compromiso activo se convirtió en un pilar para la construcción del trabajo asociado.
Por eso para que los hermanamientos sean efectivos requieren del compromiso de las autoridades locales tanto desde el punto de vista económico, como de gestión y el de los ciudadanos, porque sin la activa participación de la comunidad, unida en actividades concretas con objetivos políticos e institucionales el hermanamiento no tiene éxito.
El hermanamiento como en este caso de una región, tiene un importante valor agregado para el proceso de integración, porque permite a los ciudadanos y a los municipios compartir experiencias y conocimientos, involucrando directamente a las poblaciones, llevando de esta forma a nivel local, los beneficios de la integración.
El hermanamiento contribuye, de hecho, a crear un sentimiento de identidad regional compartida que se genera desde los territorios. Además, los espacios de debate amistoso entre ciudadanos son la expresión de una ciudadanía muy activa. El hermanamiento, con todo lo que ello comporta en la preparación, desarrollo y fases sucesivas, constituye un instrumento de mucha utilidad para la sensibilización política, de movilización y de cooperación entre los entes locales.
Cabe decir que un buen hermanamiento puede aportar importantes beneficios a nivel local. El establecimiento de vínculos estrechos entre los ciudadanos de otra región, permite compartir problemas, intercambiar opiniones y descubrir diferentes puntos de vista sobre temáticas de interés común. Existen un gran número de buenas prácticas que han demostrado la utilidad de los hermanamientos; en particular, en el ámbito del arte y la cultura, la juventud, la ciudadanía, el desarrollo sostenible, los servicios públicos locales, el desarrollo económico y social, la inclusión social y la solidaridad.
Además el hermanamiento es una herramienta de apoyo mutuo en momentos de dificultad, como en los casos de catástrofes o conflictos bélicos que promueve la paz y la comprensión entre los pueblos.
Si tenemos en cuenta la Resolución 2861 de la XXVI Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada el 20 de diciembre de 1971, con el tema “El hermanamiento de ciudades como medio de cooperación internacional” expresó que es “…un mecanismo de cooperación de un valor excepcional, porque pone en contacto, entre los países, no solamente a los dirigentes locales, sino a poblaciones enteras”, y destacó que “la cooperación internacional de las colectividades locales puede desempeñar una función importante en la unión de los pueblos”, por lo que consideró a la “cooperación intermunicipal mundial como un complemento natural de la cooperación de los estados y de las organizaciones intergubernamentales”.
Por lo tanto el hermanamiento entre la Región de Ansenuza y la Región de Tamar generado por el programa de Diplomacia Municipal del Ministerio de Gobierno de Córdoba para promover las relaciones internacionales de los municipios es una herramienta que tienen disponible las comunidades de La Para, Marull, Balnearia y Miramar que con una lógica estrategia con un enfoque integral articulada en el largo plazo, compartiendo mutuamente y no compitiendo podrán concretar el desarrollo del multidestino del turismo, industria vital para estos pueblos, fuente de riqueza para el desarrollo del campo de las ciencias, la salud y otras tantas posibilidades que la madre naturaleza ofrece para que las niñas, niños y adolescentes en su adultez puedan tener una mejor calidad de vida tanto espiritual como material.

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