Las adolescentes y jóvenes de nuestra región al igual que en el país fueron protagonistas en el acompañamiento en el debate por la ley para la interrupción voluntaria de embarazo, como respuesta a la recriminación sufrida en establecimientos católicos, padres que fueron invitados a cambiar de colegios a sus hijos, docentes que no tuvieron la libertad de expresar su posición por temor a perder su trabajo.