¿Por qué no tomaron la denuncia? ¿Por qué no se hicieron rastrillajes desde el principio? ¿Por qué tuvimos que hacer una marcha para que salgan a buscarla? ¿Por qué no tuvieron en cuenta las pruebas que entregamos? ¿Por qué dejaron que tenga el peor final? Son estas algunas de las tantas preguntas que públicamente en las dos marchas realizó la familia a la policía y a la justicia sin que se le brindaran respuestas. Esa misma policía, esa misma justicia que cuando recibió denuncias por violencia no actúo a pesar de las marcas de los golpes que marcaban el rumbo de la vida, dejó que el espiral termine cuando la muerte cayó como una guillotina. Serán ahora capaces de dar una respuesta para terminar con el avance colonizador que domestica, domina y controla vidas.