La advertencia señalada por docentes de la ciudad de San Francisco que señalan que cada vez mas jóvenes concurren a clase con signos de haber consumido alcohol, movilizó al intendente Martín Llaryora a ofrecer gratuitamente a las escuelas secundarias alcoholímetros para realizar controles.
En primer término se debe destacar el hecho de haber advertido la situación por todos conocida, pero al igual que con el resto de las drogas se mira hacia otro lado bajo un sin número de argumentos. La generación de la mediática propuesta tiene gran importancia por la razón que pone en agenda el debate de esta problemática de la que se habla bastante pero poco se hace.
El silencio cómplice, marca justamente el nivel de corrupción institucional, porque cuando hablamos de problemas de inseguridad, de drogas, de consumo de alcohol estamos hablando mas o menos de lo mismo, lo grave es como lo vamos internalizando, lo vamos naturalizando. Todos sabemos que el consumo de alcohol en los adolescentes es abundante, las consecuencias que esto genera también lo sabemos, que en los locales a donde concurren los menores de edad se les vende alcohol impunemente, dejando la ley en letra muerta, mientras las autoridades parecen dormir, también es conocido.
Los españoles daban a los aborígenes aguardiente para poder dominarlos, hoy esta pasando lo mismo, porque de esa manera van evitando los grupos políticos que los jóvenes crezcan sanos y puedan discutir la vida política de un país.
Una persona que a temprana edad comienza a consumir alcohol tiene altas probabilidades de pasar a ser un enfermo con las consecuencias que esto significa para la vida escolar, social y familiar. La permanencia de esta realidad implica hipotecar el futuro de la sociedad.
La propuesta formulada por el intendente de San Francisco, a la que se le sumaron voces de apoyo de autoridades de nuestra zona, lo que hace es poner en evidencia la falta de acción, tanto de los municipios, como de la policía en hacer que se cumpla la legislación, ya que si los alumnos de los establecimientos educacionales de nivel medio, todos menores de edad, llegan a clase con signos de haber consumido alcohol, es por que la mayoría de ellos durante la noche estuvieron en algún local donde les vendieron bebidas alcohólicas, ya que pueden ser adquiridas sin problemas a pesar de la prohibición, ante la falta de capacidad de las autoridades competentes para hacer cumplir las normas.
Las instituciones educativas sujetas a continuos desafíos frente a un mundo cambiante en cuanto a demandas sociales sigue siendo el ámbito en el que los jóvenes permanecen cotidianamente un tiempo considerable, por lo que pueden convertirse en un lugar privilegiado donde se creen las condiciones para que resulte un contexto saludable y por ende protector de conductas de riesgo mediante la actuación de los docentes en este sentido, pero controlar a los adolescentes sospechados de haber consumido alcohol al ingresar al establecimiento educacional, es probable puede llegar a generar una disminución de consumo, pero es mas probable que genere un alto índice de inasistencia y como consecuencia de ello una menor educación en nuestros jóvenes.
La defensa económica
mas importante que la defensa de la vidaLa venta de alcohol que tanta riqueza a trae a distintos sectores desde el levantamiento de la restricción en la época de Al Capone, se sigue sosteniendo. Esta claro que la venta a personas de baja edad, es un factor que estimula el consumo, pero en lugar de actuar para cuidar la salud de los jóvenes, se protege el negocio de la noche.
Cuando el Ente de Concejales del Nor Este Cordobés dio tratamiento a una ordenanza en conjunto para fijar los horarios de cierre de los espectáculos nocturnos, y la limitación horaria para el expendio de bebidas alcohólicas, los propietarios de los boliches bailables reconocieron que el 80% de los concurrentes son menores de edad. Ante esa realidad, para proteger a los jóvenes, en defensa de los intereses económicos de los empresarios, los ediles resolvieron extender el horario de venta en los locales bailables bajo la promesa de controlar que no se venda alcohol a menores de edad, pero la realidad demuestra que es poco menos que papel mojado en alcohol.
Entregar alcoholímetros a los establecimientos educacionales para identificar a los menores que consumen alcohol, permitirá informar a los padres la situación, a esos mismos padres que nunca pusieron limites, no controlan las salidas de sus hijos, que desde temprana edad los dejan deambulando por las madrugadas en soledad y durante el día los depositan en los establecimientos educacionales.
Tanto el anunció del intendente de San Francisco como las medidas adoptadas por el Ente de Concejales del Nor Este Cordobés son parches que no van al núcleo del asunto, dejando que los inescrupulosos comerciantes vendan alcohol a menores de edad.
O no es una incongruencia autorizar a un local donde el 80% de los asistentes son menores de edad a vender alcohol. Si en lugar de defender los intereses comerciales de unos pocos, defendieran la vida de los jóvenes, dictarían una ordenanza estableciendo que en locales donde se permite el ingreso de menores no se permita el comercio de alcohol, entonces no seria necesario entregar alcoholímetros o el problema quedaría focalizado a un grupo muy reducido lo que permitiría dar tratamiento con el diseño de programas de educación en los que incida no sobre los efectos negativos del consumo alcohólico, sino sobre los efectos positivos del no consumo, este pequeño matiz, haría que las medidas tuvieran una mejor acogida general y una mayor eficacia
Conseguir imponer líneas de trabajo que logren que la edad de inicio del consumo habitual de alcohol se retrase lo máximo posible, lo cual tendrá una incidencia importante en la prevención de los consumos problemáticos del alcohol, es a lo que se debería apuntar en lugar de defender los intereses de unos pocos. O será que no toman las medidas de fondos por que defienden sus propios intereses, justificando que algo están haciendo con anuncios para los medios de comunicación.
Miguel Peiretti
Director
El silencio cómplice, marca justamente el nivel de corrupción institucional, porque cuando hablamos de problemas de inseguridad, de drogas, de consumo de alcohol estamos hablando mas o menos de lo mismo, lo grave es como lo vamos internalizando, lo vamos naturalizando. Todos sabemos que el consumo de alcohol en los adolescentes es abundante, las consecuencias que esto genera también lo sabemos, que en los locales a donde concurren los menores de edad se les vende alcohol impunemente, dejando la ley en letra muerta, mientras las autoridades parecen dormir, también es conocido.
Los españoles daban a los aborígenes aguardiente para poder dominarlos, hoy esta pasando lo mismo, porque de esa manera van evitando los grupos políticos que los jóvenes crezcan sanos y puedan discutir la vida política de un país.
Una persona que a temprana edad comienza a consumir alcohol tiene altas probabilidades de pasar a ser un enfermo con las consecuencias que esto significa para la vida escolar, social y familiar. La permanencia de esta realidad implica hipotecar el futuro de la sociedad.
La propuesta formulada por el intendente de San Francisco, a la que se le sumaron voces de apoyo de autoridades de nuestra zona, lo que hace es poner en evidencia la falta de acción, tanto de los municipios, como de la policía en hacer que se cumpla la legislación, ya que si los alumnos de los establecimientos educacionales de nivel medio, todos menores de edad, llegan a clase con signos de haber consumido alcohol, es por que la mayoría de ellos durante la noche estuvieron en algún local donde les vendieron bebidas alcohólicas, ya que pueden ser adquiridas sin problemas a pesar de la prohibición, ante la falta de capacidad de las autoridades competentes para hacer cumplir las normas.
Las instituciones educativas sujetas a continuos desafíos frente a un mundo cambiante en cuanto a demandas sociales sigue siendo el ámbito en el que los jóvenes permanecen cotidianamente un tiempo considerable, por lo que pueden convertirse en un lugar privilegiado donde se creen las condiciones para que resulte un contexto saludable y por ende protector de conductas de riesgo mediante la actuación de los docentes en este sentido, pero controlar a los adolescentes sospechados de haber consumido alcohol al ingresar al establecimiento educacional, es probable puede llegar a generar una disminución de consumo, pero es mas probable que genere un alto índice de inasistencia y como consecuencia de ello una menor educación en nuestros jóvenes.
La defensa económica
mas importante que la defensa de la vidaLa venta de alcohol que tanta riqueza a trae a distintos sectores desde el levantamiento de la restricción en la época de Al Capone, se sigue sosteniendo. Esta claro que la venta a personas de baja edad, es un factor que estimula el consumo, pero en lugar de actuar para cuidar la salud de los jóvenes, se protege el negocio de la noche.
Cuando el Ente de Concejales del Nor Este Cordobés dio tratamiento a una ordenanza en conjunto para fijar los horarios de cierre de los espectáculos nocturnos, y la limitación horaria para el expendio de bebidas alcohólicas, los propietarios de los boliches bailables reconocieron que el 80% de los concurrentes son menores de edad. Ante esa realidad, para proteger a los jóvenes, en defensa de los intereses económicos de los empresarios, los ediles resolvieron extender el horario de venta en los locales bailables bajo la promesa de controlar que no se venda alcohol a menores de edad, pero la realidad demuestra que es poco menos que papel mojado en alcohol.
Entregar alcoholímetros a los establecimientos educacionales para identificar a los menores que consumen alcohol, permitirá informar a los padres la situación, a esos mismos padres que nunca pusieron limites, no controlan las salidas de sus hijos, que desde temprana edad los dejan deambulando por las madrugadas en soledad y durante el día los depositan en los establecimientos educacionales.
Tanto el anunció del intendente de San Francisco como las medidas adoptadas por el Ente de Concejales del Nor Este Cordobés son parches que no van al núcleo del asunto, dejando que los inescrupulosos comerciantes vendan alcohol a menores de edad.
O no es una incongruencia autorizar a un local donde el 80% de los asistentes son menores de edad a vender alcohol. Si en lugar de defender los intereses comerciales de unos pocos, defendieran la vida de los jóvenes, dictarían una ordenanza estableciendo que en locales donde se permite el ingreso de menores no se permita el comercio de alcohol, entonces no seria necesario entregar alcoholímetros o el problema quedaría focalizado a un grupo muy reducido lo que permitiría dar tratamiento con el diseño de programas de educación en los que incida no sobre los efectos negativos del consumo alcohólico, sino sobre los efectos positivos del no consumo, este pequeño matiz, haría que las medidas tuvieran una mejor acogida general y una mayor eficacia
Conseguir imponer líneas de trabajo que logren que la edad de inicio del consumo habitual de alcohol se retrase lo máximo posible, lo cual tendrá una incidencia importante en la prevención de los consumos problemáticos del alcohol, es a lo que se debería apuntar en lugar de defender los intereses de unos pocos. O será que no toman las medidas de fondos por que defienden sus propios intereses, justificando que algo están haciendo con anuncios para los medios de comunicación.
Miguel Peiretti
Director
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos su opinión en relación al tema. Gracias