jueves, 8 de marzo de 2012

Día Internacional de la Mujer Una celebración para otorgar derechos de igualdad

En el Día Internacional de la Mujer debemos promover la colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales, los grupos comunitarios y el sector privado, a fin de que un mayor número de mujeres ocupen puestos que les permitan tomar decisiones. Combatir la trata de mujeres con fines de explotación sexual y laboral, la violencia hacia la mujer, el abuso sexual entre otros tantos padecimientos son hechos que ante la falta de decisiones políticas para resolverlo nos debe movilizar a todas y todos para que cada 8 de marzo podamos señalar el crecimiento de igualdad de derechos de las mujeres.
El Día Internacional de la Mujer, originalmente llamado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se celebra el día 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas, ONU. En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación en la sociedad, la política, en pie de igualdad con el hombre, y en su desarrollo integro como persona. 
El proyecto de conmemorar un día internacional de la mujer habría sido impulsado hacia el final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia por Lisístrata, quien empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que se vio reflejada en la Revolución francesa: las mujeres parisienses, que pedían «libertad, igualdad y fraternidad», marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue sino hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes organizaciones internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos. 
La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer son aspectos cruciales para lograr la igualdad de derechos y el reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos. Es una cuestión que atañe a los derechos humanos fundamentales consagrados en la Declaración Universal.
La igualdad de las mujeres y las niñas constituye también un imperativo económico y social. Hasta que no se logre liberar a las mujeres y las niñas de la pobreza y la injusticia, todos los objetivos de seguridad, desarrollo sostenible entre otros correrán peligro.
Son muchos los aspectos en que se ha progresado, en gran medida gracias a la tenaz labor de las organizaciones de la sociedad civil. Hoy en día, la mayoría de las niñas recibe educación, en particular a nivel de la enseñanza primaria, y más mujeres tienen posibilidades de dirigir empresas o participar en el gobierno. Se avanzó en la legislación que favorece la salud sexual y reproductiva y promueve la igualdad entre los géneros.
No obstante, queda mucho por hacer, la violencia contra la mujer sigue siendo una realidad de la que todos deberíamos avergonzarnos. En particular, la violencia sexual es un fenómeno generalizado, por eso en el Día Internacional de la Mujer debemos recordar también que, para la mayoría de las mujeres, la vida cotidiana sigue siendo ardua y a veces peligrosa.
Se sabe que es importante combatir la discriminación y la injusticia generalizadas pero los estereotipos sexistas y la discriminación por motivo de género siguen siendo habituales con un incremento en los abusos sexuales y la trata de mujeres jóvenes y niñas se dan con una frecuencia inquietante y, en algunos lugares, están aumentando. Tanto desde el punto de vista de la pobreza como en las situaciones de desastre, es evidente que las mujeres siguen siendo las más afectadas.

Empoderamiento de las mujeres
Invertir en la educación y la salud de mujeres y niñas redunda en uno de los rendimientos más altos de todas las inversiones para el desarrollo, los niños y niñas son más sanos, reciben mejor educación y se incrementan los ingresos de los hogares. Cuando estas oportunidades mejoran para las mujeres, ellas adquieren voz propia y son capaces de trabajar, teniendo como meta obtener el respeto que se merecen de ser tratadas como iguales en la sociedad.
Esta fecha es una ocasión para reconocer los hitos históricos que se han alcanzado hacia la igualdad de género, así como para honrar la determinación con la que diariamente mujeres y niñas continúan haciendo esfuerzos para ser escuchadas y hacer posibles sus aspiraciones, muchas veces haciendo frente a adversidades de todo tipo o asumiendo enormes riesgos, incluso para su integridad física. Pero aun cuando se ha avanzado muchísimo en mejorar la condición de las mujeres desde que se celebró por vez primera este día en 1911, todavía queda mucho por hacer.
Estudios científicos evidencian que las niñas corren un mayor riesgo que los niños de padecer desnutrición, ser sujeto de violencia o intimidación y de trata de personas, ser vendidas como mercancía, ser obligadas o forzadas a ejercer el comercio sexual, o contagiarse de VIH.
Por otra parte, invertir en niñas y mujeres jóvenes tiene un efecto desproporcionadamente positivo en mitigar la pobreza para todos los integrantes de la sociedad. Las niñas mismas, sus familias, comunidades y la comunidad toda se benefician por igual.
Es lamentable que el municipio no realice actividades en el Día Internacional de la Mujer para brindar sobre todo a las mujeres jóvenes la oportunidad de interrelacionarse, motivarse e inspirarse mutuamente. Ante esto es necesario renovar el compromiso de responder con fortaleza, valentía y creatividad a los muchos retos actualmente en curso y que son necesarios enfrentar, para que logren un verdadero empoderamiento político, económico y social para todas las mujeres y niñas, donde las políticas apunten a la eliminación de la trata de mujeres con fines de explotación sexual, situación que en algunas localidades de nuestra zona tuvo un alto crecimiento en los últimos años, como así también la violencia de género, violencia familiar, abuso sexual entre otros tantos flagelos que en la actualidad sufre la mujer.

No solo el derecho a estar divinas
La celebración del Día Internacional de la Mujer, no es solo para acrecentar la sociedad de consumo que dedica regalos especiales para homenajear a las mujeres en su día, sino que es un día para reivindicar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
No se trata solo de la comercialización de la fecha, de la imposición del consumismo como aderezo insalvable a cualquier día internacional de homenaje o reivindicación.
La sociedad de consumo les recuerda cómo deben ser y qué producto deben comprar para conseguirlo, eso sí, con descuento, porque es su día y así olvidar sus angustias, dejar de sufrir por las desigualdades, y salir divinas y relajadas. 
Esta apropiación de la fecha para subrayar estereotipos tiene una doble contradicción, se aleja de las reivindicaciones feministas, pero también de la inspiración obrera de este día, que queda anegada en un consumismo en muchos casos elitista e incluye propuestas de lujo, nada más en las antípodas de cualquier espíritu feminista u obrero.
Además de flores, bombones, cosméticos y otras tantas cosas las mujeres necesitan derechos, pero esos derechos son humanos, no solo  el derecho a estar divinas, pero parece que es el único derecho que nadie quiere negarles en su día, aunque si todos los demás.