lunes, 1 de mayo de 2023

El poder de las trabajadoras y trabajadores se sustenta en la acción colectiva

 El 1 de mayo las trabajadoras y los trabajadores viven su día como una jornada de descanso, como un feriado más, un día sin ningún tipo de contenido, cuando debería ser una jornada de reivindicaciones y de lucha.

El Primero de Mayo fue proclamado como el Día Internacional de los Trabajadores en homenaje, a los “Mártires de Chicago” asesinados por exigir mejores condiciones laborales, acortar las largas jornadas laborales y ambientes más dignos. Es decir, lucharon por sus derechos. Éstos como otros tantos miles ofrendaron sus vidas para lograr las conquistas que se tienen, las que los poderosos a través de los representantes del pueblo permanentemente intentan quitar para engrosar sus bolsillos.

 La vanguardia de la lucha obrera es la que hizo posible que los derechos laborales que en la actualidad se poseen, lograron con muchas acciones que al igual que en 1886 costo vidas, pero que en estas épocas de avances tecnológicos, de multiplicidad de redes aquellas luchas se transformaron en sometimiento como consecuencia del individualismo.

El movimiento colectivo es el único camino que hasta ahora hizo posible que la explotación laboral se vaya eliminando, pero el individualismo está marcando el camino hacia atrás con un salario para quienes cobran en blanco que ni siquiera permite a la familia cubrir el costo de los alimentos y una amplia franja sufre un sometimiento más profundo aún porque además de tener que trabajar por migaja no tiene ningún derecho. Ni hablar de quienes sufren desocupación.

Aquellos trabajadores de Chicago demandaban una jornada de 8 horas, no ser explotados por las transformaciones que ocasionaba la segunda revolución industrial. En aquella época vivían un nuevo paradigma como se lo está viviendo en la actualidad con la revolución tecnológica, la inteligencia artificial, la gran diferencia es que en 1886 las trabajadoras y los trabajadores iniciaron una gran acción colectiva en defensa de sus demandas, logrando antes de fines de mayo que las diversas patronales aceptaran la reivindicación, mientras que en esta época prevalece el individualismo.

La unión, la presión, la contundencia y la firmeza, acabaron por declinar la balanza a favor de las peticiones de los obreros. Aquello fue celebrado como una gran victoria por la capacidad de unirse y salir juntos a la calle para luchar por algo que, en aquel momento, parecía imposible de conseguir. La fractura en el concepto de la unidad social dificulta un hecho similar a pesar que todos están conectados mediantes redes sociales, una contradicción que solo el sistema logro imponer en su beneficio.

El sistema político, financiero y el resto del poder, se retroalimenta, con la colonización en la que hacen creer al trabajador que la integración a través del sindicato es mala palabra, para evitar la participación de los trabajadores con la intención de sostener a dirigentes gremiales con los que vienen acordando desde hace décadas construyendo la sensación que por más que se salga a la calle, no habrá respuesta política, cuando la única herramienta es la participación colectiva de todos los trabajadores para mejorar las condiciones y la distribución de lo que se produce.

La política del miedo que conduce hacia el individualismo y a un menor esfuerzo en luchar por las mayorías, es lo que permite la precariedad laboral y como solución buscan una reforma laboral que elimine derechos con el propósito de pagar cada vez menos salarios y quien levante la voz, poder tirarlo a la calle como basura. Nunca se plantea una reforma laboral para distribuir el trabajo existe entre mayor cantidad de personas reduciendo la jornada laboral, menos aún en distribuir las ganancias para que todos tengan una vida cada vez más digna.

Se pretende una reforma donde solo se valore el capital y se explote al humano, algo que van a imponer en el corto plazo, como resultado de la falta de compromiso social, del temor a la transformación. La mejor forma de seguir perdiendo, de profundizar el empobrecimiento es seguir dejando que otros decidan.

Para obtener resultados diferentes es necesario adoptar formas diferentes, desde votar a quienes defiendan los derechos hasta salir a la calle de forma civilizada pero contundente y amplia para conseguir mejores condiciones laborales, eliminar injusticias en lugar de adaptarse y someterse a cualquier cosa.

Celebrar el día de las trabajadoras y trabajadores es reflexionar por la dignidad del trabajo, rindiendo homenaje a los mártires de Chicago luchando por condiciones laborales y salarios reales contra las y los explotadores.

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