viernes, 22 de agosto de 2014

No nacen, se hacen ladrones como espejo de la sociedad

Robos con armas blancas y de fuego en busca de dinero, hechos contra la propiedad para llevarse distintos elementos para ser vendidos, violencia en espectáculos públicos, desmanes en la vía pública entre otros la mayoría de ellos perpetrados por adolescentes y jóvenes, según lo informado por la policía. Esta situación provoca todo tipo de comentarios, prejuicios y generalizaciones por parte de la sociedad que se siente atemorizada por la nula respuesta de las instituciones y solo atina a pedir mano dura mientras se queda sentada esperando que ocurra lo indeseable.
Antes de pedir represión y castigo para los pibes que caen en la delincuencia, nos detuvimos un momento a reflexionar, que hicimos como sociedad en los últimos 30 a 40 años para llegar a estas extremas situaciones. Nos preguntamos alguna vez si los adolescentes que cometen distintos hechos de disturbios, violencia, robos entre otras situaciones ¿No son víctimas de la sociedad que construimos? ¿No es este el precio que estamos pagando por habernos sometido a un mundo de indiferencia, en donde lo que le pasa al otro no es nuestro problema? ¿El priorizar lo material antes que el espiritual, generando profundas diferencias, es gratis? Velar por nuestros propios intereses, dando mayor importanciaal tener sin importar el como, antes que ser, ¿No es el espejo que tiene la niñez y la adolescencia para reflejarse? Y podríamos seguir formulando una pregunta tras otra, donde cada uno acomodará la respuesta que considere, mientras la situación está haciendo eclosión en nuestras propias manos. La cuestión a resolver como sociedad, es si transformamos nuestra propia realidad trabajando en las causas o nos quedamos en el reclamo silencioso viendo como día a día se agrava, naturalizando la realidad.
Estamos inmersos en un mundo regido por el consumo, dando mayor trascendencia a lo material antes que a lo espiritual en un medio que ejerce fuertes golpes morales para sostener que es más importante el tener que el ser. Ese modelo atosigado por el consumo que es alimentado desde la publicidad y por los medios de comunicación desde determinados programas para hacernos creer que todo se puede satisfacer sin esfuerzo, ya, fue generando un proceso de socialización basado en la indiferencia y el individualismo como factor que se une a la multitud de situaciones familiares que terminan siendo parte de la presión social sin alternativas culturales para evitar la frustación de la niñez que llegada a la adolescencia no encuentra un horizonte para su vida, siendo un gran caldo de cultivo para la violencia, el alcoholismo, la droga entre otros flagelos que sufren en la actualidad como vía de escape ante la falta de opciones, encontrando en algunos casos el delito como medio para generar el dinero sin esfuerzo. Es el modelo que venimos mostrando a la niñez, la adolescencia y la juventud para que se vayan reflejando.
Es esta una problemática mundial, que a nivel nacional más allá de las políticas implementadas con el propósito de generar mayores posibilidades educativas y formativas, no es menos cierto que la presidenta de la Nación en sus discursos ante el Congreso de la Nación nunca mencionó la palabra «narcotráfico», lo que parecería no haber un firme decisión política en combatir el alto incremento experimentado en los últimos años y a nivel provincial es de público conocimiento la participación en el negocio de gobernantes y policías, por lo que las expectativas que exista una decisión de enfrentar el tráfico y comercio de drogas y sus actividades conexas junto a las consecuencias que todo esto produce es prácticamente un imposible, ya que estarían involucrados de igual manera representantes de la mayoría de los colores partidarios.

La decisión es nuestra. Es hoy
Morteros desde hace largos treinta años es el líder regional en importar ese modelo consumista, donde al igual que a nivel nacional y provincial fueron sucediéndose los gobiernos y el narco tráfico fue creciendo de manera exponencial llevándose vidas y envenenando cada vez a mayor cantidad de pibas y pibes. El negocio del alcohol en la adolescencia se explota libremente, la droga se distribuye sin obstáculos, la explotación sexual, el contrabando, los saqueos y estafas, la venta de facturas, la usura y explotación entre otros ilícitos son el modelo que venimos mostrando como sociedad y ahora que ocurre, lo que en muchas oportunidades desde estas páginas anticipamos, nos alarmamos y al mejor estilo de la dictadura militar se sale a pedir mano dura para los adolescentes en lugar de pedir mano firme para los verdaderos delincuentes.
Durante estas más de tres décadas el discurso no cambió, se fue reiterando el argumento que se trata de una problemática mundial que no se puede resolver en una ciudad, donde la familia es la principal responsable de enfrentar las situaciones de sus hijos entre otros sostenidos fundamentos, mientras la familia fue cambiando, junto a ellas los valores, las políticas públicas brillan por su ausencia, la problemática juvenil se viene agravando diariamente, situaciones que como sociedad tanto desde lo individual como desde lo colectivo hipócritamente ocultamos.
No hay dudas que la familia es el espejo de la sociedad, y por ende el ejemplo en que se reflejan los hijos. Pero estas por distintas situaciones sociales, educativas y culturales como parte de la construcción que como sociedad venimos estableciendo fuimos generando distintos males, donde no cabe duda que la más importante radica en el abandono de los adolescentes y jóvenes y la cesación moral de los adultos. Entonces es ahí cuando el Estado es el responsable de velar por los derechos. Algo que en una ciudad como Morteros, si existiese decisión política, no es fácil, pero tampoco imposible atacar las causas que nos llevaron a la actual situación, aclarando que el Estado no es solo el gobierno, sino que somos todos como protagonistas de la ciudad donde vivimos para crecer, donde el gobierno es que el debe convocar a un amplio debate para fijar las políticas públicas y con firme decisión llevarlas a cabo.

¿Enfrentar o naturalizar la realidad?
No son pocos los sectores que están convencidos que bajando la edad de imputabilidad, aplicando mano dura se resuelven los problemas de inseguridad protagonizado por adolescentes y jóvenes. Esto muchas veces es capitalizado por políticos que con el único afán de captar votos dicen lo que esos sectores quieren escuchar, en lugar de trabajar en las causas que la producen. Así fueron transcurriendo los años en Morteros y hoy asistimos al agravamiento de la situación que no se resuelve con Vigías Urbanos, video vigilancia o más efectivos y móviles policiales en la calle.
Evidentemente que la receta de la derecha liberal aplicada hasta ahora en que deja a los jóvenes por si solos, sin ninguna guía del camino por el que van, esperando que la familia intervenga, arrojó resultados altamente negativos a luz de los hechos, los que tampoco se resolverán siguiendo con la misma receta de mayor represión, como lo demuestran las propuestas del falso ingeniero Blumberg que lejos de disminuir el delito y la violencia la incrementaron.
La mano firme en las decisiones políticas significa una lucha sostenida contra la impunidad del tráfico y comercialización de drogas, la venta de alcohol a adolescentes, el contrabando, los saqueos y estafas, la usura entre otros tantos malos espejos que tiene la adolescencia y la juventud para reflejarse y por otra parte significa enfatizar acciones desde una política cultural integrada a lo social que abarque a todos y en particular a los sectores que se encuentran en mayor riesgo, partiendo de la premisas que las personas somos seres sociales que mejoramos o empeoramos en sociedad dependiendo de las circunstancias. Es por ello que desde una política cultural en serio se ayuda a las personas a que puedan desarrollarse con oportunidades para surgir; sintiendo que pertenecen a una sociedad que busca el bien común organizado desde una verdadera justicia social.
Como sociedad debemos abordar valientemente y sin tapujos las verdaderas causas dejando de esconder la cabeza debajo del ala, enfrentando nuestra realidad que así lo exige. Los hechos vividos en los últimos días demandan respuestas claras, efectivas, contundentes, hoy mismo
Quedarnos en el típico discurso sobre la falta de autoridad de los padres, seguir dando poca importancia al problema del narco tráfico, es seguir alimentando la cultura de la ignorancia y la violencia para el crecimiento de las adicciones y de la muerte para el afianzamiento y crecimiento del negocio de inescrupulosos desarrollado con la complicidad del silencio de quienes tienen que tener manos firmes que nos llevan a que de forma desmedida cada vez a más temprana edad los chicos caigan en estas redes. 
Si en lugar de trabajar por el desarrollo de una política cultural integrada a las diferentes áreas comunitarias a través de conductores con capacidad y decisión, nos quedamos pidiendo mano dura y represión seguiremos escondiendo debajo de la alfombra los problemas de fondo que nos llevarán a naturalizar hechos delictivos protagonizados por adolescentes para terminar viviendo quienes tienen poder económico en las cárceles de los barrios cerrados como ocurre en las grandes urbe y el resto conviviendo entre los flagelos para crecer en una ciudad cada vez mas disgregada, desigual y violenta manteniendo Morteros el liderazgo regional del narco tráfico y todas sus actividades conexas.En que ciudad queremos crecer es una decisión de todas y todos.

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