viernes, 11 de marzo de 2022

Censura y manipulación

Desde el 24 de febrero cuando las tropas rusas ingresan a Ucrania, los medios de comunicación al igual que las diferentes plataformas que consumimos en estas latitudes nos muestran a unos como los malos y a otros como los buenos y a partir de ahí la inmensa mayoría desconociendo los intereses geo políticos sigue esos discursos poniéndose de un lado u el otro.

Siempre en una guerra existen políticas de censura entre las fuerzas que protagonizan un conflicto como parte de las estrategias de manipulación de la opinión pública, más aún que en la actualidad las guerras no solo son protagonizadas con misiles, tanques de guerras, cañonazos, sino que los medios hegemónicos cumplen un fuerte rol, los que sumados a las plataformas digitales como parte del ecosistema de comunicación se incrementa mucho más la influencia, teniendo en cuenta como dice Ignacio Ramonet que las redes sociales son relatos de captación de sentimientos.

La diferencia en esta guerra con las anteriores de envergadura es que por primera vez no solo los gobiernos aplican censura, sino que también lo hacen empresas privadas como parte de la manipulación, condenando a quienes brindan información sobre Rusia que afecte intereses de Estados Unidos, el Reino Unido y sus aliados en la Otan.

El organismo de control de comunicaciones de Rusia prohibió a los medios a hacer referencia a civiles muertos, como también suspendió los términos invasión, ofensiva o declaración de guerra para hacer alusión al conflicto con Ucrania, e impuso severos controles a la información que circula por los medios de comunicación. Pero es el Estado ruso el que impone la censura, como venía ocurriendo en cada guerra, en este enfrentamientos en occidente son las empresas privadas las que lo hacen, apareciendo un nuevo actor en el conflicto bélico.

En ese marco la mayoría de los medios que llegan a nuestros hogares muestran como Rusia invade a Ucrania, poniendo como foco de la información la responsabilidad rusa al iniciar la guerra, pero no explican cómo tanto Estados Unidos como Europa empujaron a que la misma se inicie en lugar de evitarla con el afán de llegar al objetivo principal que es China.

Se condena a Rusia por invadir a Ucrania al intentar la Otan y Estados Unidos en establecer bases militares frente a ellos. Si los rusos intentarían establecer bases en Cuba o México que habría hecho Estados Unidos y que posición creen que desde los medios de comunicación no harían tomar.

La manipulación informativa con mentiras, ocultamiento, tergiversación de la misma manera que Rusia censura a los medios que puedan brindar información con una visión ucraniana, lo está haciendo Europa prohibiendo a las cadenas rusas, en ese marco la información que llega hacia nosotros es la que sirve a Estados Unidos y a la Otan para que la sociedad se partidice en favor de Ucrania, sin posibilidad de información que permita tomar una posición propia.

Las plataformas digitales que hacían creer que eran más horizontales con un manejo más democrático de contenidos, ante esta guerra pusieron en evidencia lo que venían observando quienes tienen un ojo especializado que censuran contenidos como consecuencia de la falta de una regulación legal. «Las redes no están hecho para informar, están hecha para emocionar, las redes están hechas para actuar, compartir, accionar, la mayoría no tiene paciencia de leer, por eso existen las gotas de resumen que son imágenes con textos cortos, es como si la información en la prensa escrita se redujera a los títulos» expresó Ignacio Ramonet en una entrevista en la que señaló la evidencia sobre la falsedad de la neutralidad de las redes

En Rusia es el Estado el que establece los condicionantes, pero en occidente son las mismas empresas privadas las que con criterios afines a los estados son las que se encargan de la manipulación quedando la ciudadanía absorbida por la obsesión del control de la información, sumada a la censura dispuesta por el mismo Estado ante el dramático contexto de crecimiento bélico.

Estas empresas privadas que manejan las redes con base en Estados Unidos con un fuerte criterio de propiedad privada violan todo derecho individual al etiquetar la plataforma digital Twitter a varios periodistas especializados en temas internacionales con la calificación de «afiliados al gobierno, Rusia» en sus perfiles personales de la red social, pero no etiquetan a los medios del gobierno estadounidense. Esto movilizo a las Federaciones de Periodistas de todo el mundo, logrando que Twitter levantara la medida que alcanzó una dimensión de parcialidad que sorprende 

En ese marco de manejo por parte de medios hegemónicos que en el caso de Argentina la mayoría responden a esas grandes cadenas y las plataformas ingresan de manera directa sin ningún tipo de regulación son las que nos cuentan de las sanciones que Estados Unidos impone a Rusia, pero no se explica cómo esta guerra podría beneficiar a los intereses geopolíticos de Estados Unidos. 

Vemos como muchos celebran y viralizan al recibir la información sobre la exclusión de Rusia de competencias deportivas o la estupidez de la heladería de Córdoba en dejar de expender crema rusa o el comedor de Carlos Paz que no ofrece ensalada rusa en repudio a la guerra, pero nadie se hace eco sobre la aniquilación que sufren los palestinos en Cisjordania que sigue ocupada de manera mucho más cruel que Ucrania, como tampoco se ven en las redes  y menos aún se condena que en estos mismos días Israel bombardeó Siria, Arabia bombardeó Yemen y Estados Unidos bombardeó Somalía. Pareciera que la vida de los europeos tiene más valor que  en Siria, Yemen y Somalía.

Como así también en nuestro país poco se dijo de los ejercicios militares en las Islas Malvinas, realizado tiempo atrás por Inglaterra con el lanzamiento de misiles Rapier y poco importa la decisión del Reino Unido de mantener ocupadas de manera ilegítima las Islas Malvinas

Hacer ver que Rusia es el malo y Estados Unidos en este caso detrás de Ucrania como el bueno es el resultado de la manipulación y ocultamiento para engendrar odio, mientras los países que fabrican armas se encargan de generar las guerras para salvarse económicamente, mientras el resto de los países entre ellos el nuestro son sometidos a la pobreza por las implicancias del conflicto.

Es hora de no creer lo que informan los grandes medios y lo que se encuentran en las diferentes plataformas sobre la guerra y condenar a Ucrania y a Rusia por igual y más fuerte  aún a los países que alimentan esta guerra en nombre del bien y la paz con el propósito de someter al mundo como parte de las extorsiones que tanto uno como otro lleva adelante en virtud de sus propios intereses. 

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