El 26 de junio de cada año, a instancias de la Organización
de las Naciones Unidas, se conmemora el Día Internacional de la lucha contra el
uso indebido y el tráfico ilícito de drogas.
La fecha debe servir para reflexionar sobre la importancia
que tiene el compromiso de toda la sociedad en la lucha contra este flagelo que
sigue poniendo en grave peligro la salud y el bienestar de la población, en
particular de los niños y los más jóvenes.
Un estudio de Unicef sobre el consumo de estupefacientes
observa que si algunas personas consumen drogas hasta llegar a una situación en
la que no pueden manejar sus vidas, es necesario interrogarse no sobre las
sustancias, sino sobre las motivaciones que tienen esas personas para
consumirlas de ese modo. Los especialistas advierten entonces que en el
análisis del problema hay que contemplar los motivos que llevan al consumo de
drogas que pueden conducir a las personas a tal conducta y los factores
ambientales que pueden constituir una parte importante de estos motivos. En ese
sentido, el informe de Unicef hace referencia al problema del exagerado
consumismo que experimenta la sociedad actual, y sostiene que es importante
resaltar que los y las jóvenes han sido socializados en el consumo como modo de
satisfacción de sus deseos y necesidades.
El narcotráfico que es un negocio que tiene complicidad en
los focos institucionales corruptos del poder político, judicial y de las
fuerzas de seguridad, conoce perfectamente lo que está ocurriendo en la niñez,
la adolescencia y la juventud.
Las pibas y los pibes que fueron socializados en el consumo
y que muchas veces para sostener el mismo cometen a algún hecho delictivo son
víctimas del perverso sistema, entonces es una gran hipocresía acusar a ellos
de lo que está pasando en la sociedad, de hacerlos responsables de la inseguridad
de nuestros pueblos, cuando en realidad hay que acusar a los que manejan el
corazón del negocio que es el dinero, esos son los titiriteros que detrás de
bambalina están de manera cómoda disfrutando del daño que hacen.
Es por eso que no debe llamar la atención que en nuestra
región no aparezca en el discurso de la clase política lo que realmente pasa
con el narcotráfico, menos aún hablan del circuito financiero manejado muchas
veces de manera institucional o peor aún, en algún caso asesorado por algún funcionario
municipal.
Es ahí donde se encuentra la razón del crecimiento
exponencial que desde que comenzó a circular a fines de los setenta, principios
de los ochenta entre el triangulo Frontera, Freyre, Morteros para poco después
esparcirse por el resto de las poblaciones, según algunas fuentes estiman que
el negocio de la cocaína y la marihuana se podría haber multiplicado por más de
mil veces. Ninguna actividad económica tuvo este nivel de crecimiento en los
últimos cuarenta años, como lo tuvieron el narcotráfico y el financiero.
Esto además lo demuestra el incremento de consumidores de
estupefacientes donde a pesar del esfuerzo que se viene realizando para brindar
contención y ayuda a las personas con problemas de adicción como lo hace la
iglesia tanto en Morteros, como Suardi, las que derivan a la Facenda, el grupo
Nuevo Encuentro como para mencionar alguna de los grupos que libran batalla
contra el uso indebido de drogas pero que a medida que transcurren los días
cada vez es mayor la cantidad de pibas y pibes afectados.
Ante esta realidad cabe preguntarse ¿Por qué un pibe que
padece todas las problemáticas sociales y es utilizado para hacer negocios con
el consumo no puede robar y tienen que ir preso, mientras los grandes roban,
evaden quedando absolutamente impunes? Si los dos roban ¿Cuál es la diferencia
entre unos y otros? Que uno es un gil por ser un sometido al consumo y el otro
es un adinerado que todo lo compra y lo vende.
La situación se viene agravando, los hechos ya no son
entraderas a viviendas cuando la familia se ausenta, sino comienzan a
perpetrarse a mano armada. Esto es porque quienes manejan el negocio del
narcotráfico desde hace un tiempo anexaron en nuestra región la venta o el
alquiler de armas, financiado por los mismos actores, pero la dirigencia
política que conoce de manera concreta donde se realizan las operaciones
tampoco habla sobre el tema.
El periodista y diputado santafesino Carlos del Frade en el
informe entregado a la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bulrich
sobre lo que pasa con el narcotráfico en la provincia de Santa Fe y Córdoba,
con detalles de manejos en distintas ciudades de la región, expresa que la
inseguridad es hija de la corrupción policial, donde el Estado está presente de
manera corrupta.
«El narcotráfico es la impunidad de sectores dominantes, los
delincuentes más grandes de narcotráfico son delincuentes de guante blanco, los
financistas son los que consumen la carne de la vida de nuestros pibes» expresa
el principal investigador periodístico en la materia.
La ONU advierte que, pese a los esfuerzos de la comunidad
internacional, el problema mundial de las drogas además de poner en peligro la
salud y la seguridad pública también amenaza la seguridad nacional y la
soberanía de los Estados. Es por eso que todos los sectores de la comunidad
deben tomar conciencia de los efectos que produce el consumo de sustancias que
son altamente nocivas para la salud y asumir el compromiso de luchar, cada uno
desde el lugar que ocupa, contra este grave flagelo.
Si queremos evitar hacia el futuro violencia y muerte
debemos como ciudadanía tener la valentía de luchar contra el narcotráfico, de
pelear contra la violencia de arriba hacia abajo, dejando de ser espectadores y
protagonizando la historia para que el poder político deje de ser cómplice y
rompa con las mafias que viene destruyendo el futuro de las nuevas generaciones.
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