viernes, 17 de agosto de 2018

La gente en la calle es la herramienta para transformar

Cuando el 3 de junio de 2015 por primera vez se convocaba a movilizarse en todo el país para hacer estallar el grito: «Ni una menos» en Suardi un grupo de mujeres salió a la calle, sumándose al reclamo nacional, pero en las marchas convocadas por las organizaciones en el marco del Paro de Mujeres, en el día internacional de la mujer del año pasado y este año la indiferencia volvió a ganar la calle, solo se expresaron un escaso número de personas. El reclamo de justicia por María Luisa Retamozo es defender la vida de las mujeres, por eso todas y todos deben ganar la calle.

El colectivo «Ni una Menos» en diferentes lugares del país, es fuerte porque está unido. La marcha realizada el martes 3 de abril que terminó frente a la Comisaría IV de Suardi, reclamando la falta de acciones para buscar a María Luisa Retamozo, hizo que se resolviera la realización de rastrillajes, demostrando que si la sociedad se mantiene junta es poderosa.
La convocatoria pidiendo justicia fue sorprendente no solo por la masividad, sino porque las distintas capas sociales e ideológicas desde un consenso espontaneo se unieron en un grito de justicia por el femicidio de María Luisa y a través de la misma se sumaron reclamos para que el patriarcado que sostiene los cimientos culturales, no siga asesinando mujeres. 
Este femicidio llenó de rabia a la comunidad y esa rabia los llevó a la calle como pocas veces ocurrió, pero esa toma de la calle no debe ser otro 3 de junio de 2015 y en los días venideros abandonar la lucha pensando que esto ocurre en otras geografías, que el problema es del otro, sino que el sentimiento común «Vivas nos queremos», se exprese de manera permanente, multiplicándolo en cada espacio como voz arrolladora para que el patriarcado no siga matando.
Pero no solo deben expresarse para no ser matadas, sino que debe servir para no sentirse inseguras en la calle, en el trabajo, lograr dignidad, evitar la discriminación y el sometimiento, como así también transformar a las instituciones patriarcales en igualitarias entre otras tantas cuestiones.
Seguir marchando, seguir expresándose es una herramienta poderosa para visibilizar y denunciar a los funcionarios públicos que no cumplieron con su tarea para evitar primero que María Luisa termine siendo asesinada y posteriormente a quienes actuaron con pasividad ante la desaparición, será un avance importante para intentar lograr plena justicia, como motor de cambio.
Pero también es necesario además del trabajo que los equipos interdisciplinarios realizan muchas veces a pulmón, ampliar a nivel local el presupuesto destinado a proteger a las víctimas que son maltratadas, creando refugios transitorios donde residir, otorgando ayuda económica para su subsistencia y la de sus hijos en otras acciones que apunten a la construcción de una sociedad cada vez menos violenta. Romper con la cultura de sometimiento no es solo responsabilidad de la mujer, sino del conjunto de la sociedad.

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