viernes, 26 de junio de 2020

El Covid-19 nos golpea la puerta

El aumento de la circulación de personas en los diferentes espacios, el incremento de juntadas tanto en espacios públicos como privados, la poca aplicación de protocolos, sumado a la falta de controles hace que el virus no esté entre los morterenses de pura casualidad y si llegara a entrar, existe una alta posibilidad de que el contagio sea importante.
Días pasados cuando camiones ingresaron a cargar cereales a un campo en jurisdicción de Morteros de acuerdo a lo informado por el COE se produjo el contagio de una persona, donde es probable que no se cumplieron de manera estricta con los protocolos. El chofer de uno de los camiones no sabía que tenía Covid-19 y obviamente al ingresar a la jurisdicción de Morteros donde no existen controles, sino que solo registro de personas se produjo la transmisión del virus.
Se debe agradecer que solo fue una sola persona la contagiada, pero este hecho es factible se reitere en cualquier momento y ante la presencia de un caso, las posibilidades de contagio y propagación son más altas, por eso es necesario no relajarse y extremar al máximo las medidas para resguardar la salud. Un ejemplo de ello es la ciudad de Ceres que se encontraba manifestándose para lograr evitar los controles establecidos por la provincia de Santiago del Estero y terminaron con la ciudad semi cerrada por la multiplicación de contagios.
En un área de más de 100 mil hectáreas que corresponden a la jurisdicción de Morteros, el ingreso de personas provenientes de diversas jurisdicciones es parte del desarrollo de la actividad lechera, ganadera y granaría, por lo que es indispensable no solo difundir con mayor énfasis los protocolos que son necesarios cumplir para evitar contagios, sino que es indispensable que el municipio establezca mecanismos de control para seguir manteniendo la actual fase de movimiento.
La actividad en la ciudad poco a poco se vino recuperando, sostener el mismo depende del compromiso comunitario en cumplir con el distanciamiento social, el uso del barbijo entre otras medidas para prevenir que el corona virus no marchite el florecimiento que a pesar de la baja temperatura viene asomando en el marco de la denominada nueva normalidad.
El relajamiento en las medidas de cuidado personal es parte del cotidiano paisaje con picaditos de fútbol en los barrios entre los niños y algunos grandecitos, el juego de las bochas en campitos y plaza que por ser una actividad en muchos casos en que se cruzan apuestas, muchas veces bastante jugosas en dinero tanto entre jugadores como por espectadores, ocasionando nutridos encuentros que poco importa la responsabilidad social del cuidado frente a un inexistente control por parte del municipio que de acuerdo a lo manifestado por el gobernador es el responsable directo de lo que ocurre en la ciudad.
Por otro lado cada vez se observa una mayor cantidad de personas que dejo de utilizar el tapa bocas que como consecuencia de las campañas anti cuarentena creen que ya no es necesario utilizarlos. 
No son pocos los comercios en que atienden a sus clientes sin cumplir con los protocolos, al igual que cuentapropistas que dependen del ingreso diario que en plena cuarentena ponían el grito en el cielo por no contar con ingresos y hoy pareciera que perdieron el miedo al virus a pesar de que lo tenemos muy cerca, sin tomar conciencia que ante algún contagio volverán a tener que dejar de realizar la diaria tarea con las consecuencias ya vividas.
Hay falta de empatía como consecuencia del debate entre salud y economía, en la que los anti cuarentena con una falta de respeto a la salud y la vida misma, lograron hacer creer desde los medios de comunicación que tienen como misión la defensa del poder económico internacional que el aislamiento es parte del enamoramiento del gobierno a pesar que el país está en un momento crítico. 
En nuestra ciudad estamos bien, donde es entendible que los factores afectivos y laborales tienen su peso haciéndonos perder el temor de contagiarnos, pero no se debe dilapidar el privilegio de haber logrado prácticamente el normal movimiento de la mayoría de las actividades. No nos dejemos arrastrar por los minoritarios sectores que promueven el incumplimiento de las medidas establecidas por los científicos y especialistas.
Morteros transita la fase de distanciamiento social de esta pandemia, pero hay bastantes muestras para indicar que la simple apatía nos puede hacer desandar a la Fase 1. No debemos dejar de tener en cuenta, como lo dice el médico especializado en infectología Pedro Cahn, que el virus no viene a buscarnos, nosotros somos quienes salimos a su encuentro, por lo que es necesario seguir cumpliendo con las normas que son de carácter obligatorio, como el uso de tapabocas, el distanciamiento social, y todas las técnicas de sanitización que hemos aprendido en el último tiempo. 
Lo complicado es que la flexibilización que se convirtió para muchos en una relajación, lo es desde hace bastante tiempo para las autoridades municipales que más allá de los puestos que mantienen en los ingresos, no existe ningún tipo de control para verificar el efectivo cumplimiento de lo normado tanto por parte de los titulares o encargados de los locales como así también de los vecinos y vecinas que se movilizan por la vía pública a pesar de ser el intendente el único responsable de lo que ocurre en la ciudad.
Ante la decisión política de seguir los lineamientos bolsonaristas de Macri – Bullrich – Negri, dejemos de cruzar los dedos para que el temido Covid-19 no reaparezca por las calles de Morteros. Busquemos mecanismos que hagan que se respeten las medidas sanitarias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esperamos su opinión en relación al tema. Gracias