viernes, 10 de septiembre de 2021

La grieta inconclusa

El 25 de Mayo, un hecho histórico que nos propone debates, contradicciones e interrogantes sobre las profundas diferencias ideológicas que por aquellos días eran dependencia o independencia, y por estos días se intenta disimular denominándola grieta.

Por aquellos días se gestaba un proceso emancipador de los sectores más oprimidos de la sociedad colonial que logro una revolución en lo político, pero no logro un cambio sustancial en la estructura económico – social, dando mayor impulso al comercio ingles al eliminar el monopolio español.

La Primera Junta tenia a un sector que se pretendía heredera de la legalidad colonial, frente a la capitulación de la monarquía española ante Napoleón y declaraba «no reconocer a otro Soberano que a Fernando VII, mientras que otros como Juan José Castelli que en el Alto Perú, proclamó la liberación de los aborígenes, y Mariano Moreno, que en su «Plan Revolucionario de Operaciones», proponía la nacionalización de las minas, los ingenios, obrajes y talleres y Manuel Belgrano un economista que despreciaba los monopolios y bregaba por la industria nacional, marcaban las profundas diferencias existentes que aún en la actualidad persisten.

El proceso de Mayo fue el inicio de un proceso de lucha independentista a nivel continental, que había sido precedido durante las últimas décadas del siglo XVIII por la independencia norteamericana, la rebelión de Tupac Amaru y la revolución en Haití, donde además hubo sectores en todo el continente que buscaban un cambio profundo respecto a la dominación. Estos intentos no lograron imponerse, al ser derrotados por los representantes de los intereses externos.

En las guerras por la independencia convergieron campesinos, originarios, urbanos criollos democráticos y antifeudales con los sectores de la aristocracia terrateniente criolla que, acordando en la lucha por la independencia de España, lo hacían defendiendo sus privilegios de clase y, por lo tanto, oponiéndose al desarrollo de los elementos democráticos, antifeudales y populares.

Moreno es asesinado y su cuerpo desaparecido en alta mar al ser enviado por su enemigo interno Cornelio Saavedra en una fragata a una misión diplomática inglesa, un año más tarde muere otro de los predicadores de la revolución, Juan José Castelli, Manuel Belgrano uno de los cerebros quedara cada vez mas solo, mientras otros patriotas como San Martín, Güemes, Juana Azurduy, Artiga, Rosas, la madre de la patria María Remedios del Valle y tantos otros que quisieron crear una Nación, desprendidos de las decisiones externas fueron avasallados por personajes que cortaron con el proceso para que se apropien los cipayos mercaderes de la soberanía. 

Aquella interna de la Primera Junta en la que el conservadurismo se quedó con las decisiones que permitieron que los mercaderes del puerto de Buenos Aires y los terratenientes marcaran el pulso, apropiándose de aquella revolución para salvaguardar sus intereses, en el tiempo se reciclaron con los fraudes electorales, las dictaduras, con gobiernos que establecieron políticas de nuevas dependencias a través de organismos internacionales que por intermedio de gobiernos esclavos producen endeudamientos para saquear al país.

Al leer cada escrito de Belgrano, Castelli, Moreno entre otros evidencian que no estaban angustiados, como dijo Mauricio Macri que «los patriotas debían haber sentido una gran angustia por tener que separarse de España», sino que la angustia que sentían era por la inconclusa revolución por una Argentina libre, soberana e independiente, frente a quienes entregan la dignidad del pueblo, base de la grieta originada en 1810 y que aun en nuestros días siguen sosteniendo

¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!; ¡Oíd el ruido de rotas cadenas: ved del trono a la noble Igualdad! Es el grito de nuestra canción patria que hace 211 años está a la espera de la conclusión de la lucha por una Nación que sea verdaderamente justa y libre.

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